domingo, 18 de mayo de 2008

TRUJILLO 15: "NO SE PODÍA RESPIRAR"


Según el Prof. Juan Bosch los países que baña el Mar Caribe – el archipiélago de las Antillas, Centro América hasta Venezuela- han sido desde la Colonia una frontera imperial. Como toda frontera, la región del Caribe ha exhibido históricamente una inestabilidad política sin precedentes.

Durante su largo ejercicio del Poder, Trujillo vio surgir y desaparecer en la región múltiples dictaduras aliadas y democracias opositoras, razón última que le aconsejó estar siempre bien armado y vigilante de que no se alterara el equilibrio de fuerzas en la región, ayudando a derrocar gobiernos que no le fueran favorables. Estos a su vez, dieron su apoyo y asilo al grupo de dominicanos responsables de los planes subversivos de Cayo Confite en 1947, la abortada invasión de Luperón en 1949 y la invasión del 14 de junio de 1959. Estas invasiones – por no contar con el apoyo interno adecuado – fueron aplastadas en desigual lucha, por el poderoso aparato militar de Trujillo.

El apoyo interno estaba restringido por el férreo control del régimen, y a través del Servicio Militar Obligatorio, una gran base de datos de todos los jóvenes de la población que pudiese estar militarmente activa. En tiempo de invasiones, estos potenciales combatientes, eran acuartelados y mantenidos bajo control por la guardia de Trujillo. Con todo, los mártires invasores no vencieron al tirano pero enseñaron al pueblo que era mil veces mejor morir que vivir sin dignidad y que la libertad estaba sólo en nuestras manos, pues mientras viviera Trujillo,

NO SE PODÍA RESPIRAR

Caribe imperial frontera
desde los conquistadores
de férreos dictadores
siempre ha sido madriguera.
Trujillo su larga era
sólo pudo mantener
equilibrando el poder
de sus vecinos de al lado
vigilando bien armado
el cambiante acontecer.

Si un gobierno protección
a su enemigo ofrecía
Trujillo le respondía
con muerte o con subversión.
De amenaza a la Región
al tirano se tildaba
pues con libertad golpeaba
cual si fuese emperador
y a cualquier opositor
su largo brazo alcanzaba.

No nos dieron libertad
las fallidas invasiones
aunque muy bellas lecciones
dejaron como heredad.
Que a vivir con dignidad
no es posible renunciar
que ese régimen acabar
sólo estaba en nuestras manos
pues estando vivo el tirano
no se podría respirar.

Rafael Martínez Céspedes 18 de mayo de 2008

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