domingo, 25 de diciembre de 2011

2011 ¿AÑO ANODINO E IMPAR?

A finales del 2010, me detuve a pensar como sería el 2011 Me imaginé un año impar y anodino con nada especial salvo su temible combinación de par de unos. Me equivoqué, el año fue más travieso de lo que esperaba. Desde su inicio, la Naturaleza tuvo un papel estelar en las andanzas de ese joven año.  Un violento sismo en el norte del Japón provocó un tsunami de proporciones dantescas que acabó con la vida de miles de personas, destruyó ciudades enteras y afectó seriamente las instalaciones de plantas nucleares causando un desastre ambiental similar en proporción al de Chernobyl en Rusia.  Insólitos huracanes tropicales azotaron los Estados Unidos, inundaciones diluvianas afectaron el Sud Este Asiático y grandes sequías provocaron hambrunas que aniquilaron millones de seres humanos. A propósito, este mismo año, la Humanidad celebró el nacimiento del habitante número siete mil millón del planeta.

El 2011, el año que marcó el décimo aniversario del cruento ataque de las Torres Gemelas, fue testigo de la muerte en Pakistán del elusivo Osama Bin Laden. Mientras tanto,  el suicidio de un joven tunecino en la expoliada región del Magreb, prendió la mecha de una revolución que se ha expandido como la verdolaga,  que ha derrocado los gobiernos de Túnez, Egipto y Libia y mantiene en ascuas el resto de toda una región con vocación a elegir gobiernos fundamentalistas islámicos.

 El mundo desarrollado suspiró con alivio frente a la posible solución de la recesión cuasi mundial creada por los insaciables banqueros de Wall Street.  Parecía que los sistemas financieros occidentales veían al fin una luz al final de un largo túnel. En su lugar, resultó la luz de un enorme tren que venía en dirección contraria en la forma de la quiebra de países importantes de la Unión Europea como fue el caso de Grecia y el deterioro del crédito de países como Italia y España, crisis que hizo tambalear el poderoso euro.  Como preludio a la crisis millares de europeos de todas las edades y clases sociales- los llamados “indignados”- llenaban las plazas de las ciudades europeas cuestionando el capitalismo y acusando a los dueños del dinero: “los bancos, los medios y el poder político” de haber hipotecado su futuro.

Por supuesto que cada año, es el chivo expiatorio que la humanidad utiliza para justificar sus errores. Mientras no examinemos objetivamente nuestros modelos políticos, económicos y nuestra conducta como animal social y realicemos los cambios necesarios, cada año traerá más de lo mismo y posiblemente mucho más.

¿AÑO IMPAR AUNQUE ANODINO?

Muy difícil de olvidar
será este presente año
este dos mil once extraño
que al mundo puso a pensar
Un desastre nuclear
luto, muerte y destrucción
le trajo el año al Japón
a Europa dejó quebrada
y en Malgreb, tierra expoliada
prendió una revolución.

Volvió locos los mercados
al Euro hizo tambalear
y vio las plazas llenar
de millares de indignados
Le tocó ver sepultados
a grandes del terrorismo
cuestionó el capitalismo
a los medios, al banquero
que son dueños del dinero
y de incurable egoísmo.
.
No será muy diferente
seguro el próximo año
y si llega actuando extraño
culpa siempre es de la gente
Si no se cuida el ambiente
habrá más inundaciones
más sequias, más ciclones
y una hambruna colosal
resultado natural
de ser siete mil millones.

Rafael Martínez Céspedes

  1. 23 de diciembre de 2011