jueves, 24 de marzo de 2011

EL CULTO A LA REELECCIÓN





Cuando las sociedades insisten en tropezar con la misma piedra, tenemos por fuerza que aceptar como cierta aquella frase cínica de que “lo único que aprendemos de la historia, es que no aprendemos nunca nada de ella.” Olvidamos los dominicanos por ejemplo, que la historia dominicana es fácilmente predecible pues es un ciclo típico que se desarrolla entre la dictadura de turno y el desorden que sigue al ajusticiamiento del dictador.

Este período post dictadura, es tipificado por gobiernos corruptos, la división de sus dirigentes políticos por ambiciones personales y un endeudamiento alegre y sin control del país a prestamistas foráneos, que terminan generalmente con la intervención pública o velada de potencias extranjeras para asegurar sus intereses. Tal fue el caso del período “democrático” entre el ajusticiamiento del dictador Lilís en 1899, a lo cual siguió la anarquía que culminó en la intervención militar de los Estados Unidos en el 1916.

A la partida de los americanos en 1924, gobernó el país el viejo caudillo Horacio Vásquez. Sin embargo, Horacio elegido por cuatro años, empujado por sus seguidores extendió irregularmente su período presidencial hasta el 1930, buscando además su reelección, creando así las condiciones para el llamado Movimiento Cívico de Febrero, cuya cabeza tras bastidores fue un militar de la confianza de Vásquez, Rafael Trujillo quien lo desplazó del Poder y terminó sometiendo al país durante 31 largos años a una de las más cruentas dictaduras de la América Latina. Ahora que están de moda los tsunamis, es interesante recordar que el slogan de los reeleccionistas en el 1930 era “Horacio o que entre el Mar”. Justamente en ese mismo año entraron al país el devastador huracán de San Zenón y el gobierno de Trujillo. Los estragos que dejó el primer fenómeno fueron remediados al poco tiempo. Los del segundo, parece que aún perduran.

A pesar del ejemplo vivo de nuestra historia sobre los efectos funestos de la reelección, este afán de continuismo que seduce a nuestros gobernantes emborrachados con el canto de sirena de seguidores enardecidos, disfraza sueños mesiánicos, ambiciones personales o el temor a la persecución política, es un pecado en que han caído casi todos los gobernantes antes y después del medio siglo transcurrido desde la muerte de Trujillo en 1961. A nadie parece importar el hecho de que la reelección ha sido siempre el mayor factor de inestabilidad para el país y sus instituciones. En su defensa podemos argumentar que Trujillo fue reelecto durante31 años y el propio Joaquín Balaguer uno de sus sucesores con la misma técnica nos gobernó 22 años, razón que puede explicar porque hemos desarrollado


UN CULTO A LA REELECCIÓN
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"Horacio o que entre el Mar"
consigna premonitoria
se cumplió con la victoria
de Trujillo el militar
quien comenzó a gobernar
con injustas detenciones
muertes y persecuciones
para quien no le siguiera
haciendo de aquella Era
el peor de los ciclones.
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Nos gusta más de lo mismo
pues es débil la memoria
no aprendemos de la Historia
nos encanta el caudillismo
y el funesto continuismo
padres de la sumisión
esa horrible condición
que nos impuso Trujillo
con su constante estribillo
pidiendo su reelección.
.
Recordemos que el Poder
en democracia ganado
es privilegio prestado
que se debe devolver
para evitar recorrer
con Horacio el mismo trillo
cuando aquel viejo caudillo
movido por la ambición
buscando su reelección
subió al Poder a Trujillo.
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Rafael Martínez Céspedes
24 de marzo de 2011.




lunes, 14 de marzo de 2011

HOY TODOS SOMOS JAPÓN


Si es que podemos encontrar algo positivo en la enorme tragedia que hoy embarga al pueblo japonés después del horrible terremoto y tsunami de estos días, es sólo el hecho de que nos obliga a reflexionar sobre la gran fragilidad de la especie humana y de la temporalidad de nuestra propia existencia.

Ahora que el sismo ha afectado algunas de las plantas nucleares de las tantas con que Japón suple sus insaciables necesidades energéticas y existe la amenaza de que miles de personas se vean afectadas por la letal radiación, justamente en el país que fue el laboratorio donde el mundo pudo comprobar en la piel de cientos de miles de nipones, lo que es un incipiente holocausto nuclear, sirva la triste ocasión para reflexionar sobre el horror y peligro que representa para la humanidad el uso de la energía atómica con fines bélicos y sobre el daño que seguimos ocasionando a la Tierra usando esa misma energía, para mantener un estilo de vida egocéntrico que no toma en cuenta los recursos limitados del planeta ni las necesidades de los demás.

Ciertamente, el increíble desarrollo del Japón en todos los órdenes, a partir de las fatídicas explosiones de Hiroshima y Nagasaki en el 1945, ilustra la paradoja a que se refirió el politólogo Leslie Lipson en su “Crisis Ética de la Civilización” al sostener que la humanidad, como ha sido puesta en prueba más de una vez, se encuentra de nuevo en un momento decisivo de la Historia, en una encrucijada, donde debe decidir si utilizará todos los recursos generados por su vasta tecnología para mejorar y aminorar el hambre, la ignorancia y las enfermedades de tantos seres humanos desposeídos o, por el contrario, seguirá, guiada por su egoísmo, conduciendo al planeta hacia un derrotero fatal que lo conducirá a su aniquilamiento vía el holocausto nuclear o hacia la contaminación y agotamiento de los recursos vitales del planeta. Quien vio las imágenes durante el sismo de Japón, donde cientos de automóviles – los responsables últimos de la tragedia ambiental - flotaban como juguetes en medio del poderoso tsunami, se inclinaría a pensar que de nuevo la humanidad está desperdiciando una hermosa oportunidad de practicar lo que es éticamente correcto.

Nos dicen que los japoneses en lo espiritual, incorporan los rasgos de muchas religiones en sus vidas diarias, en un proceso conocido como sincretismo y que una plegaria popular cuando se tienen problemas es "Kami-sama, Hotoke-sama, dōka otasuke kudasai." ('Dioses y Buda, ayúdenme de alguna forma, por favor'). Ojalá que esa sentida oración la practique el globo entero, pues de una forma u otra siento que al fin de cuentas


HOY TODOS SOMOS JAPÓN
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De nuevo el globo es quebrado
por un sismo colosal
que una tragedia infernal
en Japón ha provocado
y en montaña transformado
el Mar, dios enfurecido
casi todo lo ha engullido
trayendo desolación
luto, muerte y destrucción
a un Nipón entristecido.
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Debe el mundo meditar
de este nuevo purgatorio
del país laboratorio
de la guerra nuclear
ya que en vez de mejorar
de todos la condición
máquinas de combustión
se ha empeñado en producir
y al planeta hace morir
sea por guerra o polución.
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De cenizas se alzará
como lo hizo una vez
y el gran pueblo japonés
como el Fénix volará
sus heridas sanará
como ya es su tradición
aunque a todos compasión
trajo el sismo destructor
pues siente el mundo un dolor
como el que sufre Japón.
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Rafael Martínez Céspedes
14 de marzo de 2011

sábado, 5 de marzo de 2011

OJALÁ EL BUEY QUE MAS JALA, JALE EN UNA DIRECCIÓN


Según Crassweller, en su “Trujillo, “ La Trágica Aventura del Poder Personal” el gran pecado histórico del dictador caribeño fue que, con un Poder sobre una nación como pocos seres humanos han tenido, no realizara las transformaciones sociales para catapultar al progreso y bienestar colectivo a un país casado permanentemente con la miseria.“ En cuanto a Joaquín Balaguer, sucesor virtual de Trujillo, quien gobernara durante 20 años después de la muerte del dictador, su gran pecado histórico fue utilizar una parte de las instituciones y de la infraestructura física y económica que le dejara el "Jefe" , como fuente de trueque a cambio de apoyo político para sostenerse casi de forma continua en el Poder.

Es sin dudas el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundado por el Profesor Juan Bosch en en el exilio en Cuba en 1939, quien enseñó a costa de su esfuerzo y sacrificio la democracia a un país que estuvo 31 años subyugado bajo uno de los regímenes más truculentos que han pasado por la región en casi toda su historia. Llegado al país, sólo apenas días después del ajusticiamiento de Trujillo en un ambiente peligroso e incierto, logró subir a Juan Bosch al poder en 1962 en las primeras elecciones democráticas del país en 32 años. Derrocado en sólo 7 meses, el PRD fue la fuerza motora que impulsó la Revolución del 1965 y posteriormente fue la única oposición conocida al régimen de los 12 años de Balaguer y a quien pudo derrotar en el 1978, “destrujillizando” las Fuerzas Armadas e instaurando un régimen verdaderamente democrático en la República Dominicana.

Por supuesto que el PRD tiene su propia y pesada carga de responsabilidad, su gran pecado histórico. En vez de gobernar capitalizando sus logros en la construcción de una democracia nueva y vibrante, el esfuerzo de sus dirigentes se diluyó en la formación de tendencias dentro del propio partido y otra vez, por ambiciones personales, cerrándose el paso uno con otro, entorpecieron de tal forma el gobernar de sus compañeros, que ninguno de los gobiernos del PRD ha podido realizar logros materiales dignos de ser mencionados. Ahora en estos días el partido blanco, cuyo símbolo es el "jacho" prendido y su animal emblemático es un buey que según ellos es “el que más jala” se está lanzando en convención para elegir Candidato a la Presidencia de la República en el 2012 entre dos compañeros, certamen en el cual ambos se han declarado favoritos. Ojalá que no se repita la historia y los verdaderos héroes de la democracia no se halen de los moños y que gane quien gane, por el bien de la democracia y estabilidad de su país, ambos candidatos hagan

QUE EL BUEY QUE MAS JALA, JALE EN UNA DIRECCIÓN

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Hoy se espera febrilmente
a un jacho brillante arder:
el PRD va a escoger
candidato a Presidente
y el más hermoso presente
que al país le pueden dar
es no dejarse llevar
de la ambición desmedida
pues la lucha es muy reñida
y en pleito puede acabar.
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Al gran partido del buey
le debemos dar las gracias
pues trajeron democracia
cuando Trujillo era Rey
pero obedezcan su ley
y afinen bien su memoria
pues quien se lleva la gloria
es quien sabe conciliar
pues alcanza a gobernar
y siempre escribe la Historia.
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No olvide el buey que más jala
los países son carretas
y en direcciones opuestas
tirar es cosa muy mala
pues la experiencia señala
que pueden todos perder
sin el que pierda ceder
pronto al otro la victoria
pues se lo advierte la Historia
ninguno llega al Poder.
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Rafael Martínez Céspedes
5 de marzo de 2011