lunes, 10 de diciembre de 2012

TIENE USTED RAZÓN DON ISMAEL



Es loable, por supuesto, el gran esfuerzo de movilización llevado a cabo por la Coalición por una Educación Digna y demás organizaciones de la sociedad civil en la República Dominicana, y el gran éxito obtenido por estas, para crear conciencia sobre la necesidad de que el Gobierno cumpliera con la ley que asigna a la educación pública pre universitaria en el Presupuesto Nacional el 4% del PIB. Naturalmente, todos sabemos que el sistema educativo nacional debe proveer la formación de ciudadanos no sólo con la educación formal que proveen los sistemas tradicionales,  si no con los valores que requiere el ejercicio responsable de ser ciudadano en un sistema democrático.


Otro tema en el debate público son las protestas que tienen lugar en todo el país para que el nuevo Gobierno persiga la corrupción en todos los niveles y lleve a los tribunales a los funcionarios que se enriquecieron en el gobierno anterior y que la impunidad no siga reinando como ahora, en todo el ámbito nacional. Estrechamente unido a la corrupción y a la impunidad, es el auge impresionante que ha tenido la delincuencia en todo el territorio y  la clara correlación  que existe entre los dos primeros factores y la delincuencia. Por eso me llamó sumamente la atención la pancarta que exhibía uno de los manifestantes que decía más o menos: “Cuando el rico roba al pobre se llama negocio, pero si es el pobre quien roba al rico se llama delincuencia.”

Esto es una severa amonestación a quienes tienen la rienda del gobierno: ¿Con que autoridad moral se pide tener mano dura con los delincuentes, si estos ven que siguen impunes funcionarios que exhiben con descaro su mal habida riqueza? Más aún a los que propugnan por una educación digna, ¿no es la lección más importante que recibimos todos, todos los días, las acciones del Gobierno y de sus funcionarios? Creo que por esto debe llevar la Coalición de marras sus esfuerzos para que investigue como es posible que un grupo de representantes del pueblo, elegidos democráticamente, pida nada más y nada menos al Jefe de la Policía – encargado máximo de hacer cumplir las leyes que aquellos han redactado – que fusile sin contemplación a los delincuentes, pero que lo hagan “sin que lo vean los medios de comunicación.” ¡Bonita lección de Cívica y Mora!!

Para terminar hago remembranza de mis años en Santiago, de un distinguido académico de Puerto Rico, el Dr. Ismael Rodríguez Bou, asesor del Centro Universitario donde laboraba, que nos advertía que “nuestros conflictos se originaban en el hecho de que nosotros los dominicanos todavía (corrían los finales de la década del 60) llevábamos dentro un poco de Trujillo”.  Aunque al principio resentía la comparación, posteriormente le di la razón, pero nunca pensé que su efecto duraría tantos años. Por eso me despido diciendo:

TIENE USTED RAZÓN DON ISMAEL

Sugirió aquel diputado
al Jefe de Policía
que un delincuente debía
sin piedad ser fusilado
aunque sin ser observado
en su clandestina acción
por algún medio fisgón
y además siempre curioso
porque iría de chismoso
a contarlo a la nación.

La libertad es largo trillo
que con sangre hemos regado
y olvidó ese diputado
que sigue muerto Trujillo
más un principio sencillo
que debemos recordar
que es preciso respetar
el derecho de la gente
y del peor delincuente
aún su vida preservar.

La función educación
se ejerce desde el Poder
pues el pueblo va a aprender
del Gobierno en cada acción
Si el pueblo ve corrupción
o falta de transparencia
y en la cima no hay decencia
o reina la impunidad
no habrá paz ni libertad
y habrá siempre delincuencia.

Rafael Martínez Céspedes
10 de diciembre de 2012