miércoles, 16 de enero de 2008

A LA IGLESIA HAY QUE ESCUCHARLA

Cuando la Iglesia habla, hay que escucharla. Dos mil años de experiencia manejando asuntos espirituales y temporales no son una bicoca. Las denuncias hechas en este país desde un púlpito tienen una larga tradición que se inicia, creo, con el famoso sermón de Fray Antón de Montesinos quién en 1511 denunció frente a sus feligreses, los abusos e injusticias que venían cometiendo los colonos españoles contra los aborígenes de la Española. Esclavitud, enfermedad y muerte prematura fueron los males denunciados por Montesinos. Otro caso más reciente fue la célebre Carta Pastoral que en 1960 fue leída en todas las iglesias dominicanas denunciando los atropellos cometidos por Trujillo. Este, a propósito, fue ajusticiado apenas 5 meses después de la lectura pastoral.

Recientemente el Episcopado Dominicano ha hecho pública otra Carta Pastoral y dice: “Aunque es nueva la época que vivimos, persisten, no obstante, entre nosotros males como la corrupción, el clientelismo político, el populismo, que parecen ancestrales. Persisten las injusticias, que lejos de menguar, parecieran crecer y tomar nuevos rostros en el tráfico y consumo de drogas, la violencia y la delincuencia. Además, pese a los signos de una bonanza y crecimiento económicos, es evidente el agrandamiento de la pobreza, la marginalidad, la carencia y deterioro de los servicios básicos” El que tenga algo más que lo agregue a la lista, pero nosotros insistimos en que

A LA IGLESIA HAY QUE ESCUCHARLA

Si quiere usted criticar
a un partido o al gobierno
que lo manden al infierno
es difícil de evitar.
Debe usted pues redactar
una carta con sotana
como la que esta semana
enviaron acongojados
curas del Episcopado
gente de intención muy sana.

La carta amonestación
denuncia con vehemencia
populismo y delincuencia
clientelismo y corrupción.
Con la globalización.
hay drogas al por mayor
y de ser otro el autor
de esa justa pastoral
lo podrían hasta llamar
comunista agitador.

Denunciar perversidades
es de la Iglesia deber
y del Estado ha de ser
corregir iniquidades.
Nos dicen con sus verdades
que el país es nave errante
y deben sus habitantes
el navío rescatar
el faro es la pastoral
el timón, sus gobernantes.

Rafael Martínez Céspedes – Santo Domingo, R. D. 16 de enero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dos mil años no son muy poquita cosa. Oigan a la Iglesia!!