Nos enteramos con la velocidad sideral del Internet, que asesinaron a la Bhutto en Pakistán. Al parecer, la gente no está sorprendida del cómo, porque todo el mundo sólo esperaba el cuando. De todos modos, hechos como estos – tan comunes en estos tiempos revueltos – nos ponen a reflexionar sobre lo poco evolucionada que sigue nuestra especie. Ahí les envío mis reflexiones sobre el tango amargo en que se ha convertido la vida moderna.
SIGLO VEINTE ¿ CAMBALACHE?
Si el veinte fue cambalache
ya no habrá tango ninguno
que describa el veintiuno
siglo violento y apache.
Si al mundo falta un remache
ha de ser por su egoísmo
que alegando patriotismo
con odio revienta aviones
o hace locas invasiones:
es la edad del terrorismo.
Secuestros, asesinatos
se suceden cada día
y esta sangrienta orgía
parece va para rato
El mundo ya es como un gato
que no admite cascabel
te matan por ser mujer
o por ser francés o curdo
es el siglo de un absurdo
imposible de creer.
Estos tiempos tan dementes
no tienen gente a su altura
pues de adecuada estatura
ya no quedan dirigentes.
Requieren luz, mucha mente
más respuestas singulares
estas crisis peculiares
que enfrentan con sus simplezas
pues tienen sólo cabezas
de misiles nucleares.
Rafael Martínez Céspedes
Diciembre de 2007
SIGLO VEINTE ¿ CAMBALACHE?
Si el veinte fue cambalache
ya no habrá tango ninguno
que describa el veintiuno
siglo violento y apache.
Si al mundo falta un remache
ha de ser por su egoísmo
que alegando patriotismo
con odio revienta aviones
o hace locas invasiones:
es la edad del terrorismo.
Secuestros, asesinatos
se suceden cada día
y esta sangrienta orgía
parece va para rato
El mundo ya es como un gato
que no admite cascabel
te matan por ser mujer
o por ser francés o curdo
es el siglo de un absurdo
imposible de creer.
Estos tiempos tan dementes
no tienen gente a su altura
pues de adecuada estatura
ya no quedan dirigentes.
Requieren luz, mucha mente
más respuestas singulares
estas crisis peculiares
que enfrentan con sus simplezas
pues tienen sólo cabezas
de misiles nucleares.
Rafael Martínez Céspedes
Diciembre de 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario