Al parecer los derechos obtenidos por Cristóbal Colón de los Reyes Católicos, recogidos en las Capitulaciones de Santa Fe, a cambio de sus esfuerzos por encontrar esa nueva ruta hacia la India, calaron hondo en la cultura hispano americana particularmente entre los que componen la nómina pública de las tierras descubiertas. En efecto, las denominadas capitulaciones no eran más que otro nombre por el hecho de que los Reyes otorgaban a Colón y sus herederos el diez por ciento (10%) por su función en descubrir un nuevo Continente. Desde el 1492 a la fecha, estas capitulaciones han sido fielmente observadas por casi todos, pues hay honrosas excepciones, los que han manejado el Poder y que han convertido la política en la verdadera industria sin chimeneas. Por supuesto, que esta siembra de vientos trae abundantes cosechas de tempestades y de dictadores populistas. Somos todos nosotros los que creamos, con nuestra conducta, estos redentores de nuevo cuño.
LA RAIZ DE NUESTROS MALES
Un funesto precedente
fue que usaran comisiones
para premiar las acciones
de encontrar el continente.
El país nunca está en mente
y el dinero es prioritario
pues se juzga lo primario
no lo bueno y lo moral
siendo meta principal
llegar a ser funcionario.
El que trabaja es demente,
y es pecado ser honesto
pues quien no aprovecha el puesto
es muy tonto o inocente
Vivir bien, naturalmente
parece el único fin
por tanto un préstamo ruin
o un oneroso contrato
los consigue en solo un rato
el hombre del maletín
Por eso la delincuencia
tantas escuelas sin sillas
hospitales sin pastillas
y el comer difícil ciencia.
Agotada su paciencia
sin solución a la vista
la gente puede estar lista
harta ya de democracia
a confiarle su desgracia
a un dictador populista
Rafael Martínez Céspedes
Enero de 2008
LA RAIZ DE NUESTROS MALES
Un funesto precedente
fue que usaran comisiones
para premiar las acciones
de encontrar el continente.
El país nunca está en mente
y el dinero es prioritario
pues se juzga lo primario
no lo bueno y lo moral
siendo meta principal
llegar a ser funcionario.
El que trabaja es demente,
y es pecado ser honesto
pues quien no aprovecha el puesto
es muy tonto o inocente
Vivir bien, naturalmente
parece el único fin
por tanto un préstamo ruin
o un oneroso contrato
los consigue en solo un rato
el hombre del maletín
Por eso la delincuencia
tantas escuelas sin sillas
hospitales sin pastillas
y el comer difícil ciencia.
Agotada su paciencia
sin solución a la vista
la gente puede estar lista
harta ya de democracia
a confiarle su desgracia
a un dictador populista
Rafael Martínez Céspedes
Enero de 2008
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