jueves, 31 de enero de 2008

CIBERNAUTA BUCANERO

Para los intrépidos navegantes que incluyen a Jasón con sus argonautas, a Colón, los descubridores europeos y los piratas y corsarios, el motor principal que movía esas expediciones lo ha sido siempre el oro. Los navegantes de este siglo han sustituido el mar como su ambiente de trabajo y las altivas naves han sido reemplazadas por computadoras de alta velocidad que se mueven en el medio informático del Internet, el denominado ciberespacio. Sin embargo, las motivaciones de estos cibernautas siguen siendo las mismas de sus colegas de tiempos pasados que siempre ha sido el dinero. Por eso, no nos sorprende la reciente noticia de que un joven banquero francés, ha dado a una institución bancaria de ese país, un “tumbe” equivalente a siete mil millones de dólares.

Por otro lado– a pesar de ciertas conductas primitivas - nunca nos hemos quedado atrás en estos avances tecnológicos. Se recordará que aquí apareció en el 2003 un hoyo financiero de casi dos mil millones de dólares. Sólo que como Francia tiene aproximadamente 65 millones de habitantes, el fraude tocó solo a US$10 dólares por cabeza una pequeño fracción de su ingreso anual, mientras que nosotros con 9 millones de habitantes y un ingreso por cápita de US$3,800 nuestro fraude se elevó a US$230 por cráneo y a un 6% de nuestro ingreso anual. Oh La La!, Francia, tu banquero es más barato

CIBERNAUTA BUCANERO

Tras riquezas deslumbrantes
se han lanzado siempre al mar
hombres de valor sin par,
intrépidos navegantes.
Argonautas trashumantes
locos detrás del Dorado
la codicia siempre ha guiado
sus pasos hacia un tesoro
o al vellocino de oro
del legendario pasado.

Los navegantes de ahora
también roban sus millones
realizando transacciones
vía la computadora.
Con su Caja de Pandora
un cibernauta francés
ha dado un palo que es
en tamaño casi igual
al que un banquero local
le dio al país una vez.

Protegiendo personeros
alguien ordenó cambiar
en déficit quasifiscal
aquel famoso agujero.
Ser pirata o ser banquero
es igual se ha demostrado
porque nadie es apresado
sin importar lo que haga
quien la hace no la paga
y gran vaina es ser honrado.

Rafael Martínez Céspedes
Santo Domingo, R. D. 29 de enero de 2008.

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