Imposible renunciar, siguiendo vivo, a ser miembro de la especie humana. Sin embargo, a uno no es que le falten las ganas cuando le toca presenciar el vergonzoso y deprimente espectáculo que envuelve la negociación o canje de rehenes en manos de organizaciones terroristas (llamémoslas mejor revolucionarias para no entrar en controversias). A pesar del enorme operativo mediático que promociona a todos los participantes, no se puede ocultar el hecho real de que se trata de un sórdido canje de vidas de seres humanos condenados por un grupo disidente a una verdadera muerte en vida.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos queda reducida a un sucio papel por el uso que han hecho de ella estas organizaciones. Pedir sólo a Dios que otorgue paciencia en su soledad a todas las víctimas de esa minoría que ejerce – en cualquier parte de este sacudido planeta – el derecho de vida o muerte sobre sus víctimas inocentes. Que pena que existan estos
MERCADERES DE AMARGURA
Ignorancia e injusticia
sumadas dan terrorismo
el moderno oscurantismo
que al planeta hoy asfixia.
Era un mundo sin malicia
sin choque de religiones
pero tantas discusiones
por oro negro o dorado
dieron como resultado
guerra de torres y aviones.
El terrorismo siniestro
mata de día y de noche
reventando un viejo coche
o ejecutando un secuestro.
El planeta ya no es nuestro
es un campo de amargura
donde siembran con locura
cruces en un cementerio
o forman un cautiverio
de muertos sin sepultura.
Debía ser razón de Estado
que en cada boca haya un pan
y también combatirán
la ignorancia de su lado.
Casi siempre es engendrado
el terror desde el Poder
y del Gobierno es deber
darnos menos de lo mismo
quitando así al terrorismo
su extraña razón de ser
Rafael Martínez Céspedes
Santo Domingo, R. D. 20 de enero de 2008.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos queda reducida a un sucio papel por el uso que han hecho de ella estas organizaciones. Pedir sólo a Dios que otorgue paciencia en su soledad a todas las víctimas de esa minoría que ejerce – en cualquier parte de este sacudido planeta – el derecho de vida o muerte sobre sus víctimas inocentes. Que pena que existan estos
MERCADERES DE AMARGURA
Ignorancia e injusticia
sumadas dan terrorismo
el moderno oscurantismo
que al planeta hoy asfixia.
Era un mundo sin malicia
sin choque de religiones
pero tantas discusiones
por oro negro o dorado
dieron como resultado
guerra de torres y aviones.
El terrorismo siniestro
mata de día y de noche
reventando un viejo coche
o ejecutando un secuestro.
El planeta ya no es nuestro
es un campo de amargura
donde siembran con locura
cruces en un cementerio
o forman un cautiverio
de muertos sin sepultura.
Debía ser razón de Estado
que en cada boca haya un pan
y también combatirán
la ignorancia de su lado.
Casi siempre es engendrado
el terror desde el Poder
y del Gobierno es deber
darnos menos de lo mismo
quitando así al terrorismo
su extraña razón de ser
Rafael Martínez Céspedes
Santo Domingo, R. D. 20 de enero de 2008.
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