viernes, 13 de junio de 2008

TRUJILLO 29: "CON LOS CURAS NO TE METAS"


Son pocas las parejas que pueden jactarse de lograr una unión feliz de casi treinta años. Más difícil es aún, si el matrimonio es de conveniencia como lo fue el de Trujillo con la Iglesia Católica. Ese apoyo tácito de la más vieja institución humana a la horrible tiranía adquiría casi carácter de complicidad, bajo la muda protesta de un pueblo fervoroso, cuya única esperanza y seguridad la había enviado la dictadura a un distante más allá.

La fallida invasión del 14 de junio fue la chispa que encendió el espíritu de rebelión de la juventud dominicana y un fenómeno nunca visto en el trujillato – el de la oposición clandestina procedente de todas las capas sociales del país– cundió como pólvora encendida. Con la misma celeridad respondió el aparato represivo del tirano y en poco tiempo los verdugos del S.I.M. sobrepasaron su cuota de muertes y de torturas y las cárceles y mazmorras trujillistas se llenaron de opositores. Para sorpresa del propio tirano, la isla era una inmensa prisión, cuyos ocupantes eran los hijos de sus amigos. La iglesia debía tomar ya nuevas medidas.

La llegada discreta de un nuevo Nuncio Papal – Lino Zanini – a finales del 59 fue la primera medida. La Carta Pastoral llamando la atención sobre sus excesos al Jefe y leída en todas las iglesias del país en Enero del 60, fue la segunda. La erupción de aquel terrible volcán irreflexivo no se hizo esperar y los ataques y persecuciones a los miembros de la Iglesia se hicieron cosa común. No quiso al parecer Trujillo oir los sabios consejos de Juan Domingo Perón, que al ver llegar a Zanini – responsable según Perón de su derrocamiento- antes de salir presuroso del país, viendo que el final estaba a la vuelta de la esquina, le gritó a su buen amigo:

¡CON LOS CURAS NO TE METAS!

Con milenios de experiencia
con el Jefe esa mujer
pudo fácil mantener
su boda de conveniencia.
La iglesia ponía sapiencia
y Trujillo los presentes
y ella con aire inocente
hacia otro lado veía
sabiendo esa tiranía
era cruenta e inclemente.

La felicidad no dura
cuando pasan treinta años
y presas del desengaño
al fin gritaron los curas.
Su carta a la dictadura
leyeron con emoción
diciendo la oposición
por Trujillo fue barrida
y la isla convertida
en una inmensa prisión.

Al Zanini ver llegar
Perón del país salió
pero antes aconsejó
a Trujillo al escapar.
Te doy antes de marchar
mi más antigua receta
con los curas no te metas
saben mucho de Poder
y te van a deponer
de la forma más discreta.

Rafael Martínez Céspedes
13 de junio de 2008

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