lunes, 4 de febrero de 2008

LA MUERTE DE UN DICTADOR

Recientemente acaba de morir en Indonesia un hombre fuerte que dirigió su país por décadas y que, según las informaciones periodísticas, fue responsable de la muerte de un millón de personas y de amasar una fortuna calculada en miles de millones de dólares producto naturalmente de la corrupción. Murió tranquilo en su país y en su cama.

Ya el 2006 se había llevado entre las uñas a Pinochet el celebérrimo chileno de la misma profesión que el anterior y muerto también en su lecho, y a Saddan Hussein ido de una forma menos elegante. La pregunta que todos los creyentes se hacen – como ocurrió aquí con Trujillo – es: ¿adonde van a parar las almas de estos señores (si es que las tienen) después de su muerte?. Pinochet aseguró que iba a ver a Dios y casi todos aseguran que tienen una relación particular con el Todopoderoso. Con amigos como esos, estoy seguro que Dios no necesita enemigos. Los dictadores de izquierda – que también tienen su triste historia – no tienen tal problema pues todos son ateos, aunque también de vez en cuando, se les ocurre morirse. Imaginémonos que pasa después de


LA MUERTE DE UN DICTADOR

Como ser vivo a un tirano
sea de izquierda o de derecha
la muerte en su hora y fecha
le llega tarde o temprano
Con el garrote en su mano
era ley, constitución
y su histórica razón
cimentada en la tortura
fue una brutal aventura
de injusticia y represión

Al infierno de la gente
seguro no querrá ir
y al colega ha de exigir
un lugar menos caliente.
Una pregunta frecuente
se refiere a las sanciones
que en pago de sus acciones
Dios seguro ha de aplicar
aunque suelen preguntar
lo que harán con sus millones.

A Dios veré, dice serio
olvidando a los que un día
tras una cruenta agonía
había enviado al cementerio
o a un triste cautiverio
sin tenerles compasión.
Te enviaré a la habitación
dijo Dios siempre sencillo
a donde enviara a Trujillo
junto a Stalin y a Nerón


Rafael Martínez Céspedes
Santo Domingo, República Dominicana

4 de febrero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me imagino le echarían un par de esos millones en su caja.