viernes, 1 de febrero de 2008

CON EL MAZO SIGUEN DANDO


Una interesante paradoja histórica la ofrece cierto aspecto de la vida y obra de Jean Jacques Rousseau, el filósofo europeo cuyo pensamiento influenció de modo radical la sociedad moderna y sentó las bases de la Revolución Francesa. Como educador, Rousseau escribió una importante obra sobre la educación infantil pero, por otro lado, cinco niños que el filósofo tuvo con una amante fueron todos entregados a orfelinatos poco después de nacer.

Viene la anécdota a colación, pues nuestros dirigentes – tanto en el Gobierno como en la oposición- siempre alegan querer que se asignen mayores fondos del Presupuesto Anual al sector Educación. Por supuesto, hablan del sector formal educativo, el de las aulas, pupitres y maestros de escuela mal pagados. Sin embargo, la principal educación ciudadana que es la enseñanza mediante el ejemplo diario, no sólo no es atendida, si no que constituye el peor ejemplo que un padre responsable puede dar a un hijo. Tómese si no, cualquiera de los periódicos del país o escuche cualquier canal de radio y televisión y verá a que me refiero. Insultos, diatribas, descalificaciones son algunos de los términos que podrían utilizarse para describir el lenguaje que utilizan nuestros políticos cuando hablan de sus adversarios. Un caso típico de aquellos que viven a Dios rogando, pero siempre

CON EL MAZO SIGUEN DANDO

Niños, presten atención
que la clase ha comenzado
sean ustedes el jurado
de esta moderna lección.
La palabra corrupción
así como el de heroína
o la droga cocaína
deben todos aprender
porque el que aspira al Poder
vende droga en cada esquina.

Ese líder sindical
es un gran contrabandista
y si uno el Poder conquista
es un desviado sexual.
Ese líder congresual
dicen que es como un cometa
que con él nadie se meta
pues se sabe tiene el SIDA
otro tiene tres queridas
y aquel robó con tarjeta.

Un gran recinto escolar
es un país y su gente
maestros sus dirigentes
cartilla, el ejemplo a dar.
Si nos dan en su lugar
desatino e impertinencia
insultos, chismes, violencia
como ya se puede ver
el resultado ha de ser
drogas, crimen, delincuencia.

Rafael Martínez Céspedes
Santo Domingo, República Dominicana
1 de febrero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que triste y deprimente espectáculo.