jueves, 14 de febrero de 2008

CRONICA DE UN REPERPERO ANUNCIADO

Claro que me gustaría escribir sobre cosas amenas. Claro también que me gustaría leer y oír noticias amenas pero no logro encontrar una fuente apropiada que me haga distraer de nuestra violenta realidad. Caso en concreto: los jueces de la Junta Central Electoral – pese a la advertencia de sectores de la Iglesia de que no había ambiente para una cumbre entre los diferentes partidos políticos – la convocaron de todos modos.

A todos nos pareció un gesto de buena intención del organismo electoral y su Presidente, el distinguido civilista Lic. Castaños Guzmán, leyó un inspirado discurso que más bien parecía una especie de cartilla escolar que los asistentes escucharon al parecer en respetuoso silencio. Pero nada más fue agarrar cada uno su turno y el resultado no se hizo esperar: el mismo lenguaje apasionado y lleno de acusaciones de la campaña electoral que todos buscan supuestamente moderar. Como colofón, al termino del discurso, la salida atropellada del orador y sus correligionarios, frente a los rostros destemplados de los miembros de la Junta Electoral. En otras palabras, más de lo mismo pero ahora frente a frente. Estoy seguro Gabriel García Márquez lo hubiese llamado


CRÓNICA DE UN REPERPERO ANUNCIADO

Tres niños desobedientes
recibieron una cita
que temprano a la escuelita
fueran con carácter urgente.
Les recordó el intendente
que de antaño se sabía
de una insistente porfía
por querer la misma silla
y que por dicha rencilla
mucha gente sufriría.

El de gorra colorada
fue el primero que abrió el pico
y acusó de nuevo rico
al de la boina morada
Toda conciencia es comprada
añadió el blanco iracundo
su Poder es nauseabundo
tienen medios materiales
y recursos estatales
para comprar medio mundo.

Ahí se rompió la taza
y el intendente inseguro
pasó de castaño a oscuro
cuando los vio irse a casa.
Esto con frecuencia pasa
entre gente sin altura
que no tienen estatura
de saber que esos rencores
sólo traen desamores
y mil muertes prematuras.


Rafael Martínez Céspedes
14 de febrero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto que Dios los cría, pero ni el mismo diablo los junta