jueves, 21 de febrero de 2008

JUAN LUIS SIGUE DANDO GUERRA


Alto, altísimo. Tan alto que al parecer Dios, aparte de sus grandes dotes de artista universal y su inigualable calidad humana, le dio más estatura para poder oír mejor su música incomparable. Con su guitarra en bandolera y su Biblia siempre a mano, no se sabe con que instrumento predica y con cuál nos da su música.

Premios van y premios vienen. Grammies, reconocimientos, fama, bienestar material no han podido afectar a Juan Luis Guerra. Con él, la prensa sensacionalista se hubiese muerto de hambre. De él, es mucho lo que podríamos aprender todos: que las alas hay que ganárselas todos los días, que sólo dando se recibe y que el triunfo no es un destino, si no un viaje que se recorre mediante el esfuerzo honesto, tesonero y continuo. Y que ese ejemplo honesto, ese paradigma, es la mejor educación que alguien que se encuentra en la cima puede ofrecer a las generaciones que hoy son parte del público, pero que mañana se convertirán en actores. A quienes esto practican estoy seguro que el país les dará también "la llave de su corazón". Mientras tanto, con su Biblia y su guitarra


JUAN LUIS SIGUE DANDO GUERRA

Muy contrario a su apellido
un espigado cantante
con la Biblia por delante
es pacífico y sencillo.
Siempre inventa un estribillo
que un canto de paz encierra
aunque es un himno de guerra
contra tristeza y fracaso
y nos enseña de paso
lo bella que es nuestra tierra.

Su más hermosa virtud
no es tanto su amor al templo
si no educar con su ejemplo
a la loca juventud:
que es mejor la honda quietud
surgida de la oración
que una rápida emoción
que ha de pagarse con creces
batallando largos meses
en la Rehabilitación.

Muestra que fama y dinero
y esta es su lección mayor
nunca vienen al vapor
sin esfuerzo tesonero.
Que Dios siempre va primero
y en este mundo tan loco
hay que ascender poco a poco
como lo haría una palma
que es mejor subir con calma
y no bajar como coco.


Rafael Martínez Céspedes

21 de febrero de 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bella guerra de la Juan Luis.

Alberto Vásquez Díaz dijo...

Acertado el título, certeros los versos de la décima, Rafael.
Definitivamente Juan Luis es un gran hombre de Dios con un gran talento, que debe ser motivo de orgullo para todos los dominicanos.