lunes, 11 de febrero de 2008

EL PRESTAMO DE NEVER LAND

Resumen de la trama: el Fondo Monetario Internacional había fijado un tope para el endeudamiento del país el cual había sido ya alcanzado. Se necesitaban unos fondos para la realización de obras y mantener el engranaje político electoral aceitado y se diseñó un mecanismo para que el Fondo no llegara al fondo del asunto: firmar unos pagares extracurriculares que aunque con el aval del Estado no fueran deuda pública (¿..?). La oposición descubrió el entuerto y los periodistas preguntones hicieron el resto del trabajo. Respuesta de los sorprendidos con las manos en la masa: firmamos trece pagares y recibimos el dinero, pero el préstamo no existió porque nunca hubo un contrato (???).

Juan Pablo II, quizás el último dirigente mundial cuya estatura era medida de su cabeza al cielo, sorprendió una vez a un grupo de periodistas que indagaban por qué el Vaticano – existiendo tanta pobreza en el mundo – se había embarcado en construir una piscina olímpica para uso personal del Santo Padre. El Papa se limitó a contestar escuetamente: “Porque me gusta nadar; próxima pregunta por favor.”. Quizás en esta época de globalización sería interesante importar, para el consumo de todos, un poco de esa sabiduría y probado material colgante que adornaban al Pontífice. Con esos dos valores se hubiese mejor enfrentado


EL PRESTAMO DE NEVER LAND

Se hablará hasta en Macondo
de un préstamo millonario
que un muy alto funcionario
firmó sin saberlo el Fondo.
La prensa caló muy hondo
fastidiando un largo rato
y obtuvo el extraño dato
que pagarés firmó trece
con capital e intereses
pero nunca vió el contrato.

Cuando alguien es pillado
con las manos en la masa
que se admita lo que pasa
es lo único apropiado.
Alegan que no han pecado
porque existe un precedente
y olvidan seguramente
que en el caso lo que importa
saber que piernas muy cortas
siempre tiene aquel que miente.

En esta isla vital
de impunidad y latrocinio
no es bueno hacer vaticinios
pues mal hemos de quedar
aunque se puede esperar
del Gobierno un mejor trato
mejor vida por un rato
decencia y educación
no un papel, constitución
ni préstamos sin contratos.


Rafael Martínez Céspedes
11 de febrero de 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una forma interesante de coger prestado sin endeudarse.