Si usted quiere recibir
una lección corta en Política, Economía o Relaciones Internacionales, entre
otros diversos temas, sólo tiene que abordar un taxi en Buenos Aires y ponerle
conversación al taxista. Me reí mucho en una de esas experiencias, cuando le
manifesté al conductor del taxi argentino, lo grato que había sido para mí descubrir que
el trato amable que había recibido de
todos en su bello país, contrastaba con el estereotipo que se ha formado en el
mundo sobre el argentino típico.
“Serán los argentinos
de exportación” me explicó “que pueden ser tildados de arrogantes y presumidos.”
Yo, para tantearlo, conociendo el carácter tortuoso que han marcado las relaciones
con algunos de los países con quienes Argentina comparte fronteras, le
pregunté: ¿Y no serán sus vecinos quienes les han dado esa mala fama? Me
explicó que no podían ser los “uruguayos que eran como hermanos, ni los
brasileños que eran locos por su bello país, ni mucho menos los bolivianos (les
llamó “bolis”) que eran por igual muy bien tratados. Yo queriendo meter en el
buen sentido, un poco de leña al fuego, me atreví a decir ¿Y no serán los
chilenos? Respondiéndome el taxista de inmediato en su inconfundible acento
porteño: “ESOS NO SON VECINOS.”
Las bromas echadas de
un lado, no podemos sin embargo evitar reírnos del reciente incidente donde
unos aviesos periodistas grabaron en secreto el comentario del Presidente Pepe
Mujica de Uruguay donde este tildaba a la
Presidenta Cristina Fernández de “vieja terca”. Las palabras ya en el viento,
no había forma de esclarecer el asunto sin oscurecerlo y me contenté con leer
algunos párrafos de la Biblia, donde el Apóstol Santiago en su inconfundible
estilo nos amonesta sobre nuestra falta de control de la lengua, ese pequeño órgano
que tantos problemas nos causa. Como recordatorio lo leo para mi y para quienes
lo necesiten para tratar de meter un poco menos la pata, con el uso del dichoso instrumento.
SANTIAGO CAPÍTULO III.
“2 Todos fallamos
mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona *perfecta, capaz
también de controlar todo su cuerpo. 3 Cuando ponemos freno en la boca de los
caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal. 4 Fíjense
también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por
fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto. 5 Así
también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de
grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña
chispa! 6 También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de
nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende
a su vez fuego a todo el curso de la vida. 7 El *ser humano sabe domar y, en
efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias
marinas; 8 pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de
veneno mortal. 9 Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella
maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. 10 De una misma boca salen
bendición y maldición.” Con esta cita del Nuevo Testamento dedicamos estas
décimas a don Pepe Mujica y a la Presidente Cristina Fernandez y a la amistad
invariable entre dos vecinos del Sur, quienes deben recordar sin embargo que
LA LENGUA ES EL CASTIGO DEL CUERPO
Aunque vecinos de cerca
Uruguay y la Argentina
Pepe Mujica a Cristina
tildó de vieja muy terca
Si uno a la Biblia se acerca
fuente de sabiduría
de Santiago uno debía
su gran lección aprender
que es la lengua someter
veinticuatro horas al día.
Ese miembro tan pequeño
tan difícil de domar
puede muy fácil causar
un gran problema a su
dueño
Hay que poner gran
empeño
y convertirlo en amigo
pues dirá más de un
testigo
como Pepe con Cristina
que una lengua viperina
es del cuerpo un gran
castigo.
Debemos la lengua usar
como órgano de ternura
o como una forma pura
de nuesstro amor expresar
Se usa la lengua al cantar
o para dar bendición
impartir educación
y para escribir poesía
o de alabar cada día
a Dios y su creación.
Rafael Martínez
Céspedes
15 de abril de 2013
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