Ví la noticia diminuta,
casi escondida, intercalada entre
otras más vistosas y atractivas que hablaban de
mortíferas explosiones de corte terrorista, de protestas frente a parlamentos
europeos por el aumento del desempleo o de la continuación de las eternas
guerras en el Oriente Medio.
La pequeña noticia
reportaba de forma inusual, que habían empezado a florecer los tulipanes en
aquellas latitudes donde las esbeltas flores adornan con sus vistosos colores el paisaje y anuncian cada año, en su silencioso lenguaje, que de nuevo empieza la Primavera. Por supuesto, que esos titulares ni venden
periódicos ni aumentan el rating de los medios electrónicos. Las que venden son
las noticias malas, las que han hecho de la ansiedad la
mayor industria de este mundo moderno y globalizado.
Como no tengo noticias que
vender, quise investigar un poco sobre las flores y su hermoso ejemplo. Aprendí mediante
los maravillosos recursos del Internet, desde donde copio textualmente, que “en
la época victoriana se desarrolló un medio de comunicación, llamado también
floriografía, “en donde variadas flores y arreglos florales se usaban
para enviar mensajes codificados, sirviendo a sujetos para expresar
sentimientos que de otro modo nunca se podrían hablar. Los significados de tal
lenguaje se han olvidado actualmente, pero rosas rojas aún implican
apasionamiento, amor romántico; rosas rosadas una afectación menor; rosas
blancas sugieren virtud y castidad; rosas amarillas es amistad o devoción”. Más
información conectarse con:
Sobre el tulipán, el protagonista de la inocente noticia, me enteré que
su nombre proviene del persa “dulband” que quiere decir turbante, por la forma
que adopta la flor cuando está cerrada, que existen más de 150 especies
diferentes y alrededor de 5,000 cultivares en todo el mundo. (1) Como nota
final agrego que, nosotros que sólo somos una especie, no aprendemos de este
esbelto tallo que “ni trabaja, ni hila y sin embargo ni Salomón en su gloria se
vistió como ellos” (Mateo 6: 24-34)), por lo que nunca publicamos un gran titutar en nuestros
diarios, cada vez que
FLORECEN LOS TULIPANES
En el triste acontecer
de este mundo y sus
desmanes
me enteré, los
tulipanes
se aprestan a florecer.
Es prodigioso uno ver
esa explosión de
colores
que en la lengua de las
flores
es un poema visual
y expresión universal
de apasionados amores.
No es necesario uno
hablar
las flores lo hacen por
uno
pues no hay idioma
ninguno
que se le pueda igualar
El blanco puede
expresar
un duelo o también
pureza
expresa el coral
belleza
el rojo es loca pasión
el azul fría emoción
y el amarillo tristeza.
No podemos los humanos
vivir sin tanta
ansiedad
ni disfrutar la heredad
que Dios puso en
nuestras manos.
Como moros y cristianos
nos dedicamos a odiar
en lugar de trabajar
en paz sin tantos
afanes
como hacen los
tulipanes
un digno ejemplo a imitar.
32) Un bello espectáculo de campos de tulipanes en Holanda, puede verse pinchando la flecha del video más arriba.
Rafael Martínez Céspedes
1 de mayo de 2013