Un amigo, ido a su tiempo, me decía que no él jugaba
la lotería, porque estaba seguro de que si se sacaba el premio mayor, la vida
de seguro le enviaría un cáncer, pues esta nunca da nada de gratis.
Pienso en él, cuando veo el drama que hoy vive Isabel
Pantoja, la bella gitana quien desde niña trajo debajo del brazo un salero, una
ardiente sensualidad, una voz y unas tablas con los que conquistó públicos de todas
las latitudes, pero a quien la vida le ha dado agua de beber de todos los
estanques. Hoy, por ejemplo, ha
ingresado en una prisión sevillana para cumplir una condena de 24 meses por
blanqueo de capitales en relación al denominado Caso Malaya donde ya cumple
condena su ex compañero sentimental el señor Julián Muñoz, ex Alcalde de Marbella.
La justicia española, con una meritoria diligencia y
aparente imparcialidad, está realizando una labor de saneamiento de la
corrupción administrativa y en el caso de la Pantoja, tratándose de una figura
emblemática, habla de medidas “ejemplarizantes” para enviar al pueblo un mensaje claro de que “la justicia es igual para todos y que
nadie puede disfrutar de impunidad”.
Cuando murió el escritor García Márquez hace ya algún
tiempo, un artículo que escribí en esta columna alabando su genio, suscitó una
crítica de algunos cubanos que acusaban al insigne colombiano de ser “un
comunista amigo de Fidel Castro”, a lo que repliqué más o menos de la manera
siguiente:
“Cuando me deleito sea con la música de Cole Porter, de Tchaikovsky,
Schuman, Gershwin o Leonard Bernstein,
la disfruto a plenitud sin ponerme a pensar que quienes la escribieron
pudiesen haber sido homosexuales. O cuando penetro en el micro cosmos y me
aprovecho de los conocimientos de Lavoisier – no pienso en él como un miserable
cobrador de impuestos, si no en el padre de la Química. Tampoco pienso en los
grandes problemas financieros que tuvo toda su vida Cervantes, cuando disfruto
de su Quijote y así puedo seguir mencionando
cientos de ejemplos de genios cuya vida personal- de acuerdo a los valores
aceptados en su época- parecía estar divorciada con su vida profesional. Ese es
el problema del genio: es casi siempre imposible resolver esa dicotomía”.
Por eso entiendo la dificultad que tiene que haber
sido para los jueces sentenciar a la Pantoja, cuya voz y sensualidad
que hicieron que tantos de sus seguidores- en cuya lista me agrego humildemente
- se enamoraran del amor al escuchar las canciones poemas en la voz de la
tonadillera como “Marinero de Luces” o “Buenos Días Tristeza”, cuyos enlaces de
Youtube incluyo para su deleite.
Para finalizar y con el debido respeto antes de emitir
mi juicio sobre este caso, tanto por mi declarada
parcialidad como por mi larga experiencia, me gustaría esperar los resultados
de los expedientes judiciales de altos políticos involucrados en casos de
corrupción administrativa, incluyendo los miembros de la Familia Real de
España, pues normalmente en casos como el de Isabel Pantoja, la soga siempre
SE ROMPE POR LO MÁS FINO.
Hoy yo debo confesar
sentí una amarga congoja
al ver a Isabel Pantoja
en la prisión ingresar
hecho que me hizo pensar
en la vida y su ironía
que te eleva al Cielo un día
dándote fama y Poder
para dejarte caer
de esa altura en agonía.
Gitana tonadillera
tú que cantaste al amor
el Cupido dictador
hoy te ha hecho prisionera
A ti gaviota viajera
alguien tu alma encantó
y su Poder te embriagó
con aroma de azahar
y al amarte junto al mar
tus blancas alas cortó.
Saludaste la tristeza
hoy se sienta junto a ti
ahora muéstrame tú a mí
gran gitana tu entereza
Que eres de verdad princesa
está marcado en tu sino
que sufrir es tu destino
es muy fácil demostrar
y que una soga al tirar
siempre rompe en lo más fino.
Rafael Martínez-Céspedes
20 de noviembre de 2014.
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