martes, 4 de noviembre de 2014

¿PODEMOS O NO PODEMOS?

Pasó en Venezuela hace ya algún tiempo y el fenómeno ha sido replicado sistemáticamente en países como Ecuador y Bolivia, para mencionar sólo algunos ejemplos.  Se hastiaron estas sociedades de la corrupción e impunidad con que se repartían el botín de las arcas del Estado los partidos políticos tradicionales y el pueblo le dio su voto a movimientos populistas, fenómenos de masa, que cobran fuerza en contextos de crisis e incertidumbre como los que vive el mundo en estos momentos.

Ahora el populismo ha cruzado el charco en vía contraria y parece que le  quiere ahora tocar el turno a España, donde el Movimiento Político “Podemos” , creado hace menos de un año: según las encuestas publicadas a principios de esta semana  se coloca como la primera fuerza política- por encima del Partido Popular ahora en el Poder y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), lo que refleja el malestar que sienten los ciudadanos españoles por la forma en que sus políticos tradicionales han manejado la cosa pública.

El morbo del pueblo disfruta de este cambio: “era hora de enseñar a esos ladrones, que el poder sigue en nuestros manos” dijo un entrevistado. “Enhorabuena” añade otro, ya nos hastiamos de tanto robo y abuso.” Aunque el término “populismo” no forma parte del vocabulario oficial de la lengua española, todos sabemos que significa aprovechar el poder del pueblo- entendido como las clases bajas y sin privilegios económicos, políticos o sociales – para rechazar a las clases dominantes y/o a los partidos políticos tradicionales.

Por supuesto hay diferentes y encontradas opiniones sobre el tema, pero conviene leer un interesante artículo publicado en la revista española “Temas” del ex vicepresidente socialista Alfonso Guerra que opina que “Europa no puede permitirse repetir su peor pesadilla,  la que vivió durante los años treinta del siglo XX”, refiriéndose obviamente al nazismo y al fascismo que culminaron en el desastre que resultó la Segunda Guerra Mundial.

Favor ver:


Naturalmente el complejo asunto tiene múltiples ángulos y aristas. No sabemos, por ejemplo, cual será el beneficio neto que al país le   ha aportado el movimiento de Hugo Chávez en Venezuela o el de Evo Morales en Bolivia, para citar dos casos. Sabemos, sin embargo,  que la experiencia no se improvisa; que la política es una ciencia que no puede abordarse de forma improvisada y superficial y que, aunque la mayoría de quienes la practican hoy en día se hayan convertido en verdaderos depredadores del Erario público, debe manejarse este asunto del Poder con extremo cuidado como lo señala el articulista de la Revista “Temas”.

Quizás el aspecto más positivo de este auge de los movimientos que rechazan la conducta de los políticos o los modelos de gobiernos tradicionales, es aprovecharlo para, como dice el señor Guerra, “utilizarlos como acicate para relanzar una política social ambiciosa, creíble y realizable” sobre todo siendo conscientes de que “las instituciones políticas se encuentran necesitadas de una regeneración  que permita una verdadera rendición de cuentas ante la ciudadanía.  Esto me parece, lo está llevando de forma ejemplarizante el Sistema Judicial de la Madre Patria, modelo que ojalá pudieran imitar los jueces de todos los países donde la corrupción y la impunidad siguen campeando por sus fueros.

Mientras tanto la pregunta que nos hacemos todos es

¿PODEMOS O NO PODEMOS?

Una gran revolución
vive la España querida
que es una profunda herida
en la ibérica nación
Destape a la corrupción
su Justicia ha proclamado
y aquel pueblo ya angustiado
de tanto robo y cinismo
en su auxilio al populismo
ahora de nuevo ha llamado.

Parece España olvidar
que en Alemania el nazismo
y en Italia aquel fascismo
iban a Europa a salvar
Guerra y muerte en su lugar
trajo al mundo esa corriente
porque gobernar la gente
es una difícil ciencia
que requiere la experiencia
de un político decente.

Pero gran dicotomía
viven todas las naciones
pues políticos ladrones
sólo existen hoy en día
y una suprema ironía
debemos todos vivir
pues nos debe dirigir
o alguien más ladrón que un gato
o un populista novato
y ambos nos harán sufrir.

Rafael Martínez Céspedes
6 de noviembre de 2014

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