sábado, 3 de mayo de 2014

CENTENARIO DE UNA GUERRA


Pregunte usted – sólo por diversión - a alguien quien es Gavrilo Princip y seguro, igual que me pasó hace algunos días, no sabrá de quien se trata.  Frente a mi total y vergonzosa ignorancia, decidí hurgar un poco más en el baúl de los inservibles recuerdos de la Historia (nunca aprendemos nada de ellos) ,  para descubrir que este joven serbio – un terrorista para sus detractores, un héroe para los suyos – fue la persona responsable del asesinato el 28 de junio de 1914 del Archiduque Francisco Fernando de Austria – heredero de la corona del Imperio Austro Húngaro – y de su esposa, hecho que según los historiadores fue el detonante que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

Denominada la Gran Guerra fue el primer conflicto bélico donde las naciones industrializadas que participaron en ella utilizaron todos sus conocimientos tecnológicos al servicio de lo que resultó ser una gran carnicería, si se considera la muerte de cerca de 10 millones de personas que fueron afectados por ella. Los que han leído su historia, recordarán las famosas trincheras, y la utilización por primera vez del tanque , la aviación y el infame gas venenoso en los combates.

En realidad, el asesinato de los archiduques, perpetrados por el joven serbio, no fue más que el pretexto para el inicio del conflicto. Se trataba en realidad de pugnas latentes por intereses colonialistas y cambios significativos en el equilibro del Poder entre las diferentes potencias europeas que terciaron en el conflicto – el Imperio alemán, el austro-húngaro, el otomano contra otras potencias emergentes quienes cambiaron definitivamente el mapa de Europa en una conflagración que involucró a todos los países del globo. Existen fascinantes tratados sobre este tema, sus causas y consecuencias, una de las cuales fue la creación del primer estado socialista de la historia, la Unión Soviética.  Las referencias aparecen al final de esta entrada.

He querido recordar este tema, porque dentro de menos de dos meses se cumplirán cien años del inicio de esa Gran Guerra y aunque muchos medios han empezado a comentar sobre este hecho histórico, lo que me preocupa más es la coincidencia en estos días de gran tecnología y ojivas nucleares de la intervención de la Unión Europea y los Estados Unidos en la crisis de Ucrania con Rusia con esa primera gran guerra que marcó para siempre la humanidad.

Deben recordarse por otro lado, los factores emotivos subyacentes en este tipo de situaciones, como fue por ejemplo el nacionalismo de Gravilo Princip cuya vida terminó a los 24 años y quien después de conmutársele la pena de muerte y ser trasladado a otra prisión le pidió a las autoridades:

"No es necesario que me lleven a otra prisión. Mi vida ya se acaba. Sugiero que me claven en una cruz y me quemen vivo. Mi cuerpo en llamas será una antorcha que guíe a mi pueblo por el camino de la libertad"

Como siempre se aprende de estos conflictos, las guerras generan siempre su propia lógica y permanece como un axioma el hecho de que todo el mundo sabe cuando comienzan, pero nadie puede predecir cuando terminan. Pidamos pues a Dios que no nos volvamos locos en Ucrania para no tener que celebrar con bengalas de alta tecnología el

CENTENARIO DE UNA GUERRA

El conflicto sanguinario
que llamaron la Gran Guerra
y que ensangrentó esta tierra
será en breve centenario
y este nuevo aniversario
halla al mundo dividido
en mil luchas sin sentido
siempre corto de memoria
pues de su violenta historia
ni una jota este ha aprendido.

Aunque creen que el detonante
fue un serbio nacionalista
fue la Europa imperialista
la verdadera causante
por esa ambición constante
de brutal colonialismo
que es del fuerte el egoísmo
para el  pequeño explotar
y que unos suelen llamar
salvaje capitalismo.

En Ucrania otras naciones
tormenta pueden formar
pues ya empiezan a jugar
con armas y con sanciones
Si se agitan las pasiones
pueden la mecha encender
y a este planeta envolver
en un conflicto global
cuyo disparo final
nunca nadie ha de prever.

Rafael Martínez Céspedes
3 de mayo de 2014.

Referencias:




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