De
muchacho siempre había escuchado que en una casa, “cuando la miseria entra por
la puerta, la mujer sale por una ventana”. Y es cierto: los motivos económicos son casi siempre los
principales causantes de ese mal endémico de nuestras sociedades modernas como
lo es hoy día el divorcio.
A
nivel de naciones, este “divorcio” entre regiones de un mismo país recibe el
nombre de “guerras de secesión” eufemística definición de salvajes conflictos
entre ciudadanos del mismo país. Una de
estas, la que enfrentó al Norte y el Sur de los Estados Unidos de América ha sido
una de las guerras más cruentas de los norteamericanos- un país entre cuyas
actividades principales casi siempre ha estado la guerra (1). No es necesario
recordar la cantidad de muertos y desplazados que han originado los conflictos
en los Balcanes – serbios contra croatas por ejemplo (2)- ni las luchas
intestinas que sacuden de forma endémica todo el Continente Africano.
Es
un olor a este tipo de situación el que ahora se respira en el panorama internacional, cuando vemos las
noticias sobre Ucrania (3) , Cataluña (4) y en menor grado los planes
separatistas de “La Liga Norte ” (Lega Nord per L’Indipendenza de la Padania) (5)
, un movimiento político que reclama la separación de las comunidades del Norte
industrial y desarrollado de Italia cuyos miembros alegan que, igual a lo que dicen los
catalanes en España, que son ellos quienes
con su trabajo y sus impuestos que mantienen al Sur holgazán y vividor. Pero
¡cuidado! los españoles que no han sido históricamente tan proclives que
digamos al diálogo entre ellos mismos deben manejar “con pinzas” el asunto de
la “consulta soberanista de Cataluña”, un referéndum para determinar la
viabilidad de su independencia de España, un asunto al cual el Gobierno de Mariano Rajoy se opone diametralmente.
A
los rusos con su tradicional mano dura a lo KGV, la situación parece se le está
medio saliendo de la mano en Ucrania, antigua república soviética, en su tiempo
la segunda economía del bloque comunista y hoy en día principal consumidor del gas y
petróleo ruso, que ahora viene siendo cortejada abiertamente por la Unión Europea.
No se cuál es la prognosis en el caso de los planes independentistas de la Liga Norte, pero a los italianos nadie puede aconsejarles, pues ellos siempre encuentran una fórmula para “cambiar las cosas para que estas sigan igual”
No se cuál es la prognosis en el caso de los planes independentistas de la Liga Norte, pero a los italianos nadie puede aconsejarles, pues ellos siempre encuentran una fórmula para “cambiar las cosas para que estas sigan igual”
A
diferencia de los divorcios familiares donde se puede alegar que, a pesar de
los daños colaterales que provocan estos conflictos siempre existe la esperanza de que las
facciones en pugna puedan rehacer sus vidas pues “un clavo dicen saca otro
clavo”, tratándose de naciones el tema
es un poco más complicado y muy peligroso, pues siempre intervienen los
políticos que de costumbre tienen su propia y personal agenda, lo que puede
devenir en fatídicos eventos bélicos. Por eso, conviene recordar a las partes de
un conflicto potencial que más vale un cinco por ciento de algo que el cien por
ciento de nada y evitar
CONFLICTOS
DE SECESIÓN
Si el
dinero, gran Señor
amo de la
raza humana
huye por una
ventana
por otra
escapa el amor
pues la
plata es el motor
que da lujo
y conveniencia
sin que
falte mucha ciencia
para ver el
resultado:
quien se
cree perjudicado
buscará su
independencia.
El tema es
más complicado
en el caso
de naciones
si buscan
ricas regiones
montar
tienda por su lado
como la que
ha alborotado
a la Ucrania
ex comunista
o el fervor
soberanista
que agita
los catalanes
que recuerda
a los Balcanes
y su historia belicista.
Sólo cabe
desear
prudencia a
cada facción
pues guerras
de secesión
a todos
pueden dañar
Y que es
mejor ganar
del todo una
ínfima parte
que dejar
que sea el Dios Marte
el que
decida la suerte
que trae miseria y muerte
a quien practica su arte. (6)
Rafael
Martínez Céspedes
6 de febrero
de 2014.
Referencias (entre al enlace abajo con un click:
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