Me contó en cierta ocasión un amigo de Italia- el país
que inventó la Dolce Vita- que el epítome de un hombre feliz era aquel
que tuviese una esposa japonesa (recordar las geishas), un cocinero chino (la
madre de las gastronomías), una casa inglesa (las famosas mansiones británicas)
y un sueldo americano (¿recuerdan el
famoso sueño?). De paso, me contó también que el ejemplo vivo de un hombre
infeliz es el de aquel que tuviese una casa japonesa, un cocinero inglés y un sueldo chino.
Como puede verse, uno de los componentes de la
felicidad de ese hombre, de cualquier hombre añado yo, es la comida, la buena comida queda sobre
entendido. Desde tiempos inmemoriales la gastronomía, que en su definición
formal “es el arte de preparar una buena comida” o “la afición a comer
regaladamente” pero que en términos más
amplios es “la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente o entorno”, ha tenido la
preocupación y atención constante de esta loca humanidad en cuanto a su
conocimiento y desarrollo. Ver
interesante artículo en la referencia-enlace que se indica a continuación:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gastronomia
http://es.wikipedia.org/wiki/Gastronomia
Tan interesante como la gastronomía misma, es la
relación de esta con el Poder. Por ejemplo, recién acabo de leer un
artículo de la Agencia EFE titulado “Barack
Obama, presidente de día y explorador gastronómico de noche” (2), en el que se narra la afición del primer
presidente negro de los Estados Unidos a la buena mesa y lo describe a él y a
su esposa Michelle, “como una pareja elitista que frecuenta los mejores
restaurantes de Washington y Chicago, incluyendo los del famoso Chef español
Luis Andrés y una lista de restaurantes que darían envidia al mejor de los
sibaritas, término a propósito que viene – de Sybaris, ciudad
del Golfo de Tarento célebre en la antigüedad por su riqueza y el refinamiento
de sus habitantes ( http://en.wikipedia.org/wiki/Sybaris#Geography) (3).
Llama a la reflexión que el joven Obama que vivió en
su adolescencia en la subdesarrollada Indonesia, no hubiese soñado nunca que
algún día iba a disfrutar del estilo de vida que sólo pueden dar el Poder y la
riqueza. Por supuesto que no está solo, aquí sin ir más lejos, podemos ver sin problemas a antiguos pobres
que al iniciar su disfrute cubierto con
el Erario, de las mieles del Poder, se
inician en una práctica de la buena vida.
Naturalmente que, como la experiencia no se improvisa, en un principio
cometen algunos “gaffes” como pedir una langosta a la “baby doll” o decir que
uno de estos días sorprenderá a sus amigos pues en su casa está criando unos “caviarcitos”
los cuales ya están emplumando.
Mientras tanto, a todos los que disfrutan – igual que
yo la buena comida – les deseo un Bon Appetit sincero. A los que lo hacen
utilizando el dinero de los pobres como un salario chino nunca tendrán, ni puedo ofrecerles ni una casa japonesa, ni un cocinero inglés
le pido a Dios que les mande
UNA ESPOSA AMERICANA
Según un
dicho italiano
se labora y
se fatiga
para llenar
la barriga
o el sexo
tener cercano
pero casi
todo humano
quiere el
refrán mejorar
pues
buscando demostrar
que en la
vida ha progresado
muestra el gusto refinado
que adquirió
su paladar.
Beber bien e
igual comer
es un arte
milenario
que practica
un funcionario
a su llegada
al Poder
Por eso no
es raro ver
a un
flamante diputado
que una vez
en su pasado
podía comer
una vez
abrir un
vino francés
al tragarse un
gran bocado
Gastronomía y
poder
siempre han
ido de la mano
y no hay que
ser italiano
para esta
verdad saber
y sin querer pretender
y sin querer pretender
sobre este
tema opinar
digo se debe
enseñar
al candidato aspirante:
no es de tierra el bogavante
ni plumas
tiene el caviar
Rafael
Martínez Céspedes
17
de febrero de 2014
((1)
http://es.whtikipedia.org/wiki/Gastronom%C3%ADa
http://es.whtikipedia.org/wiki/Gastronom%C3%ADa
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