miércoles, 19 de junio de 2013

GEORGE W. OBAMA


La letra W (como en George W. Bush) ha adquirido – sobre todo en los Estados Unidos – su propia personalidad al relacionarla con el que fuera el cuadragésimo tercer (43) Presidente de la poderosa nación. Un ejemplo, fue la referencia en el show de David Letterman cuando hace algún tiempo se barajaba quien asumiría el Poder en Cuba tras la renuncia de Fidel. Dijo así Letterman: “Dicen que Fidel nombrará a su hermano Raúl como sucesor” y añadió causando una explosión de carcajadas en su auditorio: “Esto, a menos que tenga un hijo idiota Fidel W. Castro, a quien dejar la Presidencia.”

Establecido el contexto de lo que sigue, es indudable que el mencionado George W.  Bush  en los 8 años de su presidencia, dejó su impronta indeleble y letal en el mundo tal y cual lo conocíamos. Lo interesante del caso – y es el tema que hoy trataremos – es que también ha dejado su marca en el gobierno de Barrack Obama, a quienes en las redes sociales y grupos de protestas se está llamando “George W.  Obama” y utilizando los recursos del Photo Shop han hecho una combinación (ver foto arriba) donde ya Barrack ha ido adquiriendo algunos de los rasgos faciales del tejano petrolero de la dinastía Bush.

Esto naturalmente, no es un fenómeno nuevo. Sociólogos e historiadores coinciden en que es muy rápido el cambio de los gobernantes que sustituyen a otros en el Poder en adoptar los mismos principios y políticas que ellos criticaron y utilizaron para sustituirlos. Así, por ejemplo,  Obama prometió entre otras cosas el cierre de la base de Guantánamo, la eliminación de métodos barbáricos para la obtención de confesiones de potenciales “terroristas” y sobre todo el respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos, vulnerados por el gobierno de Bush en aras de la sacro santa “seguridad doméstica”. Estas políticas no sólo no han sido cambiadas, si no que en algunos han sido acentuadas como lo demuestra el reciente escándalo de espionaje de llamadas telefónicas y correos electrónicos hechos por los organismos de seguridad estadounidenses y denunciado por el joven Edward Snowden.

Por supuesto, todos sabemos que no es a quien llaman “Primero” – sea Presidente, o Primer Ministro o Secretario General del Partido en el poder” quien es – como dicen los españoles – el que corta el bacalao. Las decisiones las toman las élites del poder, los grupos– formales o informales -  cuyos intereses están por encima de consideraciones personales. De ahí viene el cambio – la enorme metamorfosis – que experimentan todos los que pasan de aspirantes teóricos a ejercer el Poder. Por eso, no debe haber resentimiento ni resquemor si alguien confunde al revolucionario Barrack por el derechista

GEORGE W. OBAMA      

Metamorfosis muy rara
hoy ya percibe la gente
pues Obama el Presidente
dicen que cambió de cara
Ya con Bush se le compara
tiene la mano más dura
en Guantánamo hay tortura
todo el mundo es vigilado
dicen que el hombre ha cambiado
y su piel ya no es oscura.


Una cosa es el decir
y otra cosa es el Poder
a quien hay que obedecer
cuando se va a dirigir
Una cosa es el sentir
por los otros compasión
otra cosa es la presión
de los grupos de interés
quienes tienen a su vez
el verdadero timón.

No es a quien llaman “Primero”
quien tiene siempre el Poder
los que dicen que hay que hacer
son los dueños del dinero
Y el enfoque más certero
del negocio de mandar
es primero averiguar
donde están los intereses
que han podido ya mil veces
negro en blanco transformar.

Rafael Martínez Céspedes

20 de junio de 2013

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