domingo, 17 de marzo de 2013

LA IGLESIA SE REINVENTA



Los problemas que hoy día vive la vieja Iglesia Católica, son una confirmación del axioma de que “el Poder definitivamente corrompe y ,de que el Poder absoluto corrompe absolutamente.” Más de dos milenios de historia manejando las almas de un tercio de la humanidad, es tiempo más que suficiente para que cualquier institución se corrompa hasta los tuétanos.

No hay que dudar que la renuncia de Benedicto XVI – abrumado por el cúmulo de problemas que hoy acosa a la Iglesia – el drenaje económico y moral de los casos de pederastia a todos los niveles de la institución, la división en los niveles dirigenciales del Colegio de Cardenales y la burocracia del Vaticano, unido a la investigación de lavado del Banco Vaticano,  son temas más que suficientes para que un papa de 85 años, tire la toalla. 

Con todo, la Iglesia siempre tiene la capacidad de reinventarse y la elección de Francisco I, un jesuita argentino a nuestro modo de ver, dentro del ambiente de pompa y misterio que caracteriza todas las ceremonias de esta iglesia milineria, marca un hito importante, un acontecimiento histórico singular en la vida de la institución y en el mundo, no tanto por el origen americano del nuevo pontífice, si no por la filiación del nuevo Papa, a la Compañía de Jesús, una congregación que el Gran Napoleón Bonaparte expresó en sus Memorias el temor hacia ellos, acusándoles de ser “una organización militar cuyo interés es solo Poder” y de John Adams segundo Presidente de los Estados Unidos diciendo que “es una corporación humana que merece la condenación tanto en el cielo como en el infierno.”

Para entender el significado del cambio, hay que conocer mejor la susodicha congregación de los Jesuitas. Véase por ejemplo:


Fundada en 1540 por Ignacio de Loyola su lema: “obediencia, pobreza y castidad”  va dando una idea del por que la Sociedad de Jesús, es uno de los brazos importantes de la Iglesia en su tarea educativa y de evangelización. Casi una organización militar en su estructura y en la formación de sus miembros, la Orden recoge la crema de la intelectualidad de la Iglesia  Católica y sus contribuciones tanto en la evangelización como en la labor educativa de la antigua institución, son ya proverbiales.

En mi experiencia personal tuve el honor de conocer y trabajar junto a dos académicos jesuitas: el Padre Felipe Arroyo, S.J., educador, y el famoso economista José Luis Alemán, S.J. que llenaban el perfil de un soldado de la Compañía de Jesús: austeros, discretos, de inteligencia preclara, de excelente formación académica  y con un celo y una consciencia de su misión que hicieron de la contribución de ambos un aporte serio, concreto y significativo al desarrollo inicial de lo que es hoy la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.  Si el jesuita Bergoglio aplica su formación, su carácter y su celo a la reforma de su convulsionada  iglesia, estamos seguros que otro gallo muy pronto cantará en esos predios.

Promete ya el nuevo Obispo de Roma,  una iglesia pobre para servir a los pobres y advierte que una Iglesia sin Cristo es una ONG piadosa que no puede funcionar.  Por eso, como lo ha hecho otras veces algo bueno ha de venir ya que

LA IGLESIA SE REINVENTA

La más vieja institución
que tiene el género humano         
inició en el Vaticano
una gran transformación
Presa de la división
por errores garrafales
votaron los Cardenales
a un jesuita argentino
que si endereza el camino
le evitará grandes males.

Se requiere un militar
con virtud y honestidad
para traer probidad
y confianza restaurar
A ese Dios Cristo imitar
es respetar la pobreza
no pensar que la riqueza
es el único destino
y que mejor que un buen vino
es vivir en Su Grandeza.

Cristo al mundo prometía
sólo un Reino Celestial
no el tesoro terrenal
que es la Iglesia de hoy en día
Su simple filosofía
como se ha podido ver
es muy distinta al Poder
del boato y corrupción
y que no es la religión
que El buscaba establecer.

Rafael Martínez Céspedes
17 de marzo de 2013

No hay comentarios: