sábado, 23 de febrero de 2013

VIVIÓ Y MURIÓ A SU MANERA




Me parece que todo el mundo ha escuchado la canción “My Way” (A mi manera) que popularizó de tal forma Frank Sinatra que llegó a identificarse con el mismo. No todo el mundo sabe, sin embargo,  que  la versión original es la canción francesa “Comme d’habitude” escrita por Claude François y Jacques Revaux y adaptada al inglés por Paul Anka. Para oir una versión en español por Rafael de España, pinche la flecha en el cuadro de arriba.

Y ya que hablo de Francia y de vivir con su propio estilo, no puedo evitar referirme a la reciente muerte del Dr. Eduardo Segura, un reputado oncólogo dominicano y empresario de la medicina. A Eduardo, tuve el placer de conocerlo hace cerca de 10 años, asiduos ambos a reuniones de amigos en la desaparecida Tienda de Vinos “Punto y Corcho” de la Plaza Andalucía de la ciudad de Santo Domingo. Me parece que la simpatía fue mutua, pues a ambos nos unía nuestro amor por Francia y todo lo francés, los dos admiradores de la cultura de ese país europeo que ha dado al mundo su arte, su ciencia, su gastronomía, su libertad e igualdad y en fin todo el equipaje que debe cargar un ser civilizado.

Siempre esbelto y cortés, educado por los galos, parloteábamos en el idioma de Moliere, mientras disfrutábamos de algún exquisito vino de los que han hecho  famosos a los franceses. Momentos agradables que, estoy seguro, eran un pulmón – un aire distinto – al de ese encuentro con su propia mortalidad con el que tratan día a día los profesionales de la medicina.

Lamento profundamente no haber podido asistir a su funeral, pues me cuentan que, muy a lo Eduardo Segura, músicos de la Sinfónica interpretaban en el cementerio su música favorita, mientras se servía a los asistentes la mejor champaña francesa. Te felicito Eduardo, “Chapeau”, como dirían en Paris, pues definitivamente viviste y también moriste

A TU MANERA

Que  pena me dio no verte
querido doctor Segura
pasar tu prueba más dura
enfrentar tu propia muerte
Aunque yacías inerte
ordenaste con gran tino
como caballero fino
amante de la gran vida
festejar tu despedida
con buena música y vino.

Tu profesión de galeno
serviste con gran amor
y te dieron el honor
de curar el mal ajeno
Aquella peña en tu seno
con afecto te acogió
y de pulmón te sirvió
prestándote su alegría
aunque el Bar de Andalucía
ya el Tiempo se lo llevó.

Francia tu novia primera
te prestó su educación
y tú igual que la canción
bien viviste a tu manera
Por eso el lugar cualquiera
que hayas ido y donde estés
te veo esbelto y cortés
del momento disfrutando
y seguro degustando
de un viejo vino francés.

Rafael Martínez Céspedes
23 de febrero de 2013

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