En mi niñez, se comentaba que un tendero del pueblo era tan cuidadoso con su dinero, que cuando sus hijos les pedían una mesada para ver una película, el viejo tendero les contestaba: “Tienen que elegir que van hacer esta noche. es cine, o cena”, dándoles de paso sus primeras lecciones en esa fría ciencia que es la Economía, la disciplina que nos ayuda a elegir entre los bienes escasos.
La sociedad de consumo de los Estados Unidos al parecer agotó su cuota de cine: un nivel de vida que no se compara con ningún país en la tierra, despilfarro de los recursos energéticos y, si no faltara más, una costosa guerra que le consume 20 mil millones de dólares al mes. Así las cosas, como el dinero y el crédito no duran para siempre, la pelota ha empezado a romperse por las costuras y una crisis financiera que recuerda a la recesión del 1929, está tocando las puertas de los americanos. Sólo que a diferencia de esa época, en este mundo globalizado la astronómica deuda va a tener que ser asumida por otros países – entre ellos China – que tiene entre sus manos casi 2 millones de millones de dólares (2 trillones) en papeles del Tesoro de los E.U.A..
“La Riqueza de las Naciones” del pensador escocés Adam Smith, que estableció que la fuente de la riqueza de los países eran los mercados libres, ha sido la Biblia en que se han apoyado los defensores del capitalismo a ultranza. Pero, nos ha recordado el Premier chino Wen Jiabao, comentando sobre el origen de la crisis que hoy golpea a los americanos, que Smith también publicó otro texto que trata sobre la igualdad social y la justicia y el importante papel regulador del gobierno y su papel en la distribución de esa riqueza entre el pueblo. No es lo que se ve hoy día en el resto del globo, pues mientras el mundo rico y desarrollado sigue asistiendo al cine, los pobres tienen que conformarse con ir a la cama sin cenar. Para ellos habrá que reinventar
LA CIENCIA DEL CINE O CENA
Gran tormenta financiera
en América se mueve
que aquel “crack” del veintinueve
en intensidad supera
y a la humanidad entera
afectará el cataclismo
y al rancio capitalismo
golpeará en sus cimientos
porque le llegó el momento
de cambiar su despotismo.
Ni paz ni estabilidad
podrán lograr hoy en día
ni el mundo o la economía
con tanta desigualdad
y esta extraña humanidad
que un hombre envía a la luna
mientras tolera una hambruna
en donde mueren millones
y no aparecen raciones
para niños en su cuna.
No tienen piedad ni pena
ni el capital ni el mercado
y la Economía ha probado
ser ciencia de cine o cena
que al hombre a un mundo encadena
donde siembran gasolina
para andar en limosina
y al culpable dan honores
o financian sus errores
aunque haya hambre en cada esquina.
Rafael Martínez Céspedes
29 de septiembre de 2008
La sociedad de consumo de los Estados Unidos al parecer agotó su cuota de cine: un nivel de vida que no se compara con ningún país en la tierra, despilfarro de los recursos energéticos y, si no faltara más, una costosa guerra que le consume 20 mil millones de dólares al mes. Así las cosas, como el dinero y el crédito no duran para siempre, la pelota ha empezado a romperse por las costuras y una crisis financiera que recuerda a la recesión del 1929, está tocando las puertas de los americanos. Sólo que a diferencia de esa época, en este mundo globalizado la astronómica deuda va a tener que ser asumida por otros países – entre ellos China – que tiene entre sus manos casi 2 millones de millones de dólares (2 trillones) en papeles del Tesoro de los E.U.A..
“La Riqueza de las Naciones” del pensador escocés Adam Smith, que estableció que la fuente de la riqueza de los países eran los mercados libres, ha sido la Biblia en que se han apoyado los defensores del capitalismo a ultranza. Pero, nos ha recordado el Premier chino Wen Jiabao, comentando sobre el origen de la crisis que hoy golpea a los americanos, que Smith también publicó otro texto que trata sobre la igualdad social y la justicia y el importante papel regulador del gobierno y su papel en la distribución de esa riqueza entre el pueblo. No es lo que se ve hoy día en el resto del globo, pues mientras el mundo rico y desarrollado sigue asistiendo al cine, los pobres tienen que conformarse con ir a la cama sin cenar. Para ellos habrá que reinventar
LA CIENCIA DEL CINE O CENA
Gran tormenta financiera
en América se mueve
que aquel “crack” del veintinueve
en intensidad supera
y a la humanidad entera
afectará el cataclismo
y al rancio capitalismo
golpeará en sus cimientos
porque le llegó el momento
de cambiar su despotismo.
Ni paz ni estabilidad
podrán lograr hoy en día
ni el mundo o la economía
con tanta desigualdad
y esta extraña humanidad
que un hombre envía a la luna
mientras tolera una hambruna
en donde mueren millones
y no aparecen raciones
para niños en su cuna.
No tienen piedad ni pena
ni el capital ni el mercado
y la Economía ha probado
ser ciencia de cine o cena
que al hombre a un mundo encadena
donde siembran gasolina
para andar en limosina
y al culpable dan honores
o financian sus errores
aunque haya hambre en cada esquina.
Rafael Martínez Céspedes
29 de septiembre de 2008
1 comentario:
Recuerdo muy bien esa anécdota. En casa también los domingos o era cine o era cena.
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