lunes, 14 de abril de 2008

¿ACTORES O TRANSFORMISTAS?


Siempre hemos oído decir que la política es un arte. Lo que no sabíamos era que también se nutría del arte. Esto es obvio si notamos que faltando apenas un mes para las elecciones presidenciales, tanto el candidato Presidente, como su rival opositor se encuentran en una carrera desenfrenada para conseguir el favor de cantantes, bailarines, directores de orquestas y personajes de la radio y la televisión.

Nos parece que esta es una conducta legitima y que cada quién, no importa su actividad profesional en la sociedad, tiene derecho a participar activamente en la vida política nacional. De hecho, muchos artistas han tenido durante muchos años posiciones públicas que han compartido exitosamente con su vida artística profesional. Lo que parece fuera de lugar, por su pésimo mensaje educativo al resto de la sociedad, es que la noticia que impacta y el hecho que se resalta, no es que el personaje en cuestión apoye uno u otro candidato, si no que el mismo después de pasarse muchos años militando en un partido específico ahora se transforma para apoyar con bombos y platillos a su antiguo adversario.

Como siempre, lo que es políticamente correcto, no lo es de hecho en materia de cívica y moral y por tanto, que recuerden estos candidatos que su proselitismo para reclutar artistas que involucren "cambios de chaqueta", puede ser interpretado por el pueblo como una glorificación de la deslealtad o en última instancia confundirlo, pues ya no sabrá si son

¿ACTORES O TRANSFORMISTAS?

El Presidente aspirante
y el rival opositor
contratan al por mayor
bailarines y cantantes.
Esta labor importante
de prioridad nacional
tiene por meta esencial
mezclar votos con canciones
ganando en las elecciones
la Banda Presidencial.

Contratan malabaristas
payasos, titiriteros
gente que ama el dinero
actores y transformistas.
Seducen a un viejo artista
cuya vida se ha hecho dura
y a ese cambio de postura
no juzgan oportunismo
ni tampoco mimetismo
pues lo llaman coyuntura.

Se comprende la apetencia
por los artistas y su arte
ya que son en cualquier parte
fuente de gran influencia.
Debe observarse prudencia
cuidando un vital aspecto:
si en política es correcto
no ser un amigo leal
en la cívica y moral
es gran vicio y mal defecto.


Rafael Martínez Céspedes
14 de abril de 2008

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Que pasará después de las elecciones? Que se acuerden estos músicos que una cosa es con violín y otra cosa es con guitarra.

Anónimo dijo...

Anónimo dijo:
Hay un viejo adagio que dice: "Por la plata baila el mono"
19 de Mayo de 2008