jueves, 17 de abril de 2008

LA ALTERNATIVA DEL DIABLO


Supongamos que una banda de forajidos entra a la fuerza en su casa y, después de haberle amordazado convenientemente a usted y a su familia, les pregunten cortésmente como quieren morir: si a palos o a balazos. Esta cruel propuesta, practicada y perfeccionada en sus diferentes modalidades por los nazis durante la guerra, fue bautizada posteriormente como “La Alternativa del Diablo” descripción de una situación donde el resultado es desagradable, no importa que opción se elija.

No exageramos al comparar lo anterior con las alternativas que nos ofrecen dentro de nuestra llamada democracia representativa, dos partidos únicos, que después de elegir ellos quienes serán los candidatos a dirigir al país, los presentan en bandeja de plata a su cautiva audiencia. Conociendo al dedillo este nuevo tipo de tortura, el mundo espera con cierta morbosidad el resultado del debate electoral que tiene lugar en los Estados Unidos entre una mujer en un país de machos y vaqueros, un hombre de color en una nación con una historia racista y un militar y ex prisionero de guerra, quién está prometiendo que seguirá la cruenta guerra en Irak - de la cual el pueblo llano está hasta la coronilla. Frederick Forsyth, el autor inglés maestro del realismo, que por su experiencia veía el mundo como un eterno conflicto entre depredadores y presas donde sólo el fuerte sobrevive, al igual que su novela lo hubiese titulado:

LA ALTERNATIVA DEL DIABLO

El mundo observa extasiado
el debate americano
y ver quién tendrá en su mano
aquel poderoso Estado.
Un guerrero algo cansado,
una dama diligente
o un Senador diferente
por su muy tostada piel
será de esa gran Babel
el próximo Presidente.

¿No causará conmoción

como ahora se asegura
que un hombre de piel oscura
guíe esa blanca nación?
La odiosa segregación
aunque por ley abolida
patalea aún con vida
detrás en el subconsciente
y abrir podría de repente
vieja y muy profunda herida.

Ofenderían al machismo
si por la dama se vota
y el soldado con su bota
promete más de lo mismo.
Por suerte el bipartidismo
les permite decidir
como es que quieren morir
si por bala o ahogados
o más bien achicharrados
o de Irak nunca salir.

Rafael Martínez Céspedes

17 de abril de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hillary, Obama, McCain o Forsyth?