lunes, 10 de diciembre de 2018

ENTRE UN PAR DE CONTENDIENTES..SUFRE UN TERCERO INOCENTE



Aunque lo que está pasando en Francia con las violentas protestas de los llamados “chalecos amarillos” pueda parecer un problema local, debemos prestarle suma atención – pues igual a lo que sucedió en Paris hace más de 2 siglos – esta revuelta podría tener un impacto tan profundo en la comunidad mundial, como la que tuvo aquella famosa revolución de 1789. 

De forma resumida, el gobierno del presidente francés Emmanuel Macron – en su papel de abanderado defensor del movimiento para mitigar el Cambio Climático en todo el mundo - decidió aumentar el precio de los combustibles fósiles que ha afectado como lo hizo en el 1789,  los estómagos y bolsillos de una clase media rural y urbana ya resentida por el deterioro en su nivel de vida por el aumento general de los precios.

Lo que conecta estas protestas francesas con el ámbito universal es, por supuesto, el tan cacareado Cambio Climático inducido por los humanos, tema sobre el cual el ciudadano de a pie ya viene preguntando con insistencia: ¿Es real o una farsa? ¿Si es real, cuál es su origen? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Tenemos tiempo para solucionar el problema? ¿A quién corresponde resolverlo?
  
El punto de partida para iniciarse en la comprensión del origen del Cambio Climático, es el aumento incontenible de la población mundial que agrega alrededor de 100 millones de bocas cada año al total actual de 7,500 millones y al reto constante de proveerle alimentos y otros suministros para la subsistencia que deben ser producidos mediante la utilización creciente de energía, el uso intensivo de terrenos y tecnologías agrícolas y el mantenimiento de sistemas de transporte inter-urbanos para viabilizar dicha producción, procesos todos que a su vez generan gases que van formando una especie de cubierta tipo invernadero que retiene la energía solar y causa el calentamiento de los océanos, el deshielo de los glaciares y altera todos los componentes de la biosfera.

Las consecuencias ya están a la vista: fenómenos meteorológicos extremos; inundaciones, sequías, mega huracanes, incendios forestales, pérdida de la biodiversidad. 

Para hacer aún más mala y más real esta noticia, la comunidad científica nos alerta que no disponemos de mucho tiempo para detener este proceso que amenaza la supervivencia de la raza humana. Prominentes ciudadanos de todo el mundo señalan que el Cambio Climático inducido por el hombre es el reto más importante que ha enfrentado la humanidad en el curso de su existencia sobre este maltratado planeta.

La realidad es que al parecer la humanidad está encerrada en su propia trampa creada alrededor de los combustibles fósiles, de un sistema de movilización centrado alrededor de máquinas individuales de combustión interna y de un estilo de vida incompatible con el uso racional de los recursos de la naturaleza, que dificultan – por no decir que hacen imposible – un solución pacífica al problema, como ya lo estamos viendo en Francia.

El por qué nos parece significativo y trascendental el movimiento de los chalecos amarillos, es que la Humanidad comienza con lo que parece ser una protesta local, a enfrentar la enorme encrucijada frente al Cambio Climático: que la solución no vendrá de parte de los grandes intereses a quienes dicha solución les perjudicaría pero tampoco, quienes no fueron parte importante de ese desastre, están dispuestos a pagar por los platos que otros rompieron. Resultado: una lucha que involucra dos bandos antagónicos e irreconciliables y un espectador inocente que será el perdedor: la Tierra. 

Y de ese modo, se distorsiona el conocido proverbio, pues esta vez Entre Un Par de Contendientes

SUFRE UN TERCERO INOCENTE

Una extraña situación
creó en Francia un Presidente
que cuidando el Medio Ambiente
formó una revolución
Olvidó el señor Macrón
un principio muy sencillo
que el del chaleco amarillo
tiene un problema vital
pues más que el tema ambiental
le duele más el bolsillo.

Un hecho trascendental
en Francia están ventilando
ver es quien vendrá pagando
por el calentón global
No será el gran capital
ya que afecta su interés
ni el que vive mes por mes
se querrá sacrificar
ni platos rotos pagar
por el más rico otra vez

Una sorpresa velada
descubre la Humanidad
al saber que en realidad
está en petróleo atrapada
Y una triste encrucijada
está al doblar de la esquina
pues no es pan, es gasolina
la que provoca la guerra
y aunque es muy triste, es la Tierra
quien irá a la Guillotina.

Rafael E. Martínez Céspedes
10 de diciembre de 2018

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