Como ya lo vienen comprobando muchos cónyuges
desvelados, la adicción a las series de Netflix es real y se ha venido
convirtiendo en el verdadero opio de las masas.
Tal éxito se debe a la genialidad de los
guionistas y productores de las miles de series emitidas por Netflix.
Normalmente una serie tiene cientos de episodios, donde - o se introducen cada
noche nuevos personajes caracterizados generalmente por su gran astucia o
maldad- o se dan giros dramáticos e inesperados al guión que dejan al televidente con unas ganas locas
de saber el desenlace, el cual encadenan de nuevo al que le sigue, en una
versión moderna de “Las Mil y Una Noches”.
Yo puedo atestiguarlo. Se me ocurrió hace
algunos años, tener mi primera y última experiencia con Netflix, que fue la
popular serie “Breaking Bad”. Para ver el final de la misma tuve que
trasnocharme dos noches corridas, razón por la cual juré en ese momento no
tocar jamás ese diabólico instrumento.
Sin embargo, continué como siempre siguiendo el
devenir de los acontecimientos en Washington, sobre todo a partir de la
inesperada y tortuosa aparición del candidato Trump al escenario político en el
2015 y su ejercicio como nuevo presidente norteamericano desde Enero del 2017 a
la fecha.
Créanme, que no hay mucha diferencia con el caso de Netflix: las noticias que vienen a cada hora de Washington rivalizan la más popular de estas series en cuanto a lo aberrante de su contenido. a su dramatismo y - sobre todo al suspense - por el peligro que representan para el mundo.
Créanme, que no hay mucha diferencia con el caso de Netflix: las noticias que vienen a cada hora de Washington rivalizan la más popular de estas series en cuanto a lo aberrante de su contenido. a su dramatismo y - sobre todo al suspense - por el peligro que representan para el mundo.
Se levanta el telón y aparece Trump declarando a
Canadá o a CNN un riesgo para la seguridad de los Estados Unidos o enemigos del
pueblo. Tras bambalinas espera inquieto Kim Jon Un, primero hombrecito cohete, después Distinguido
Presidente. Los aliados de Europa y NATO son enemigos, Rusia y Putin los amigotes.
Paul Manafort, Gran Estratega, Paul Manafort hoy prisionero. Caen Flynn,
Bannon, Cohen. Pone a Sessions, luego lo
insulta. Drama interminable que no puede apagarse como se hace con Netflix. La
gente habla, los medios protestan, pero las cosas siguen igual.
Quizás por eso John McCain, el ex piloto
capturado en Vietnam y veterano senador, insultado y adversado por Trump decidió
convertir su esperado funeral en un mensaje que fue más elocuente que todas las
voces que se alzan hoy en día en los Estados Unidos, advirtiendo que el Estado
de Derecho está en peligro y que el verdadero papel de un político es colocar el servicio a su país por encima de su Ego y sus intereses personales.
Quizás estas décimas resumen la contraposición total
en la figura del héroe Mc Cain con la del controversial presidente.
LA LECCIÓN DE JOHN MCCAIN
Que puede un muerto humillar
a un presumido arrogante
un senador importante
lo acaba de demostrar
Quiso ese héroe recordar
como probado
guerrero
que el país viene primero
sin importar sacrificio
no en el continuo servicio
a la pompa y al dinero
No invitar al Presidente
al vistoso funeral
resultó un hecho especial
que no tiene precedente
hecho que hace muy patente
esa enorme división
que la otrora gran nación
con ello al mundo ha mostrado
mundo que ahora de su lado
tiembla de preocupación
Es que es bueno recordar
como una regla de vida
que una casa dividida
puede el viento derribar
Y en un mundo nuclear
falto de sabiduría
si uno ve toser un día
a un país fuerte y armado
el pobre que esté a su lado
morirá de pulmonía
Rafael Martínez Céspedes
3 de septiembre 2018
1 comentario:
Me encantó
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