“La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo” (Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi) es una celebérrima frase del jurista romano Ulpiano y es uno de los preceptos más citados de lo que constituye el derecho y la justicia. El problema con esta bella definición, es que no indica cuando debe la justicia dar a cada uno lo suyo. Quizá por eso posteriormente, la sabiduría popular agregó que “la justicia demorada es justicia denegada.”
Este al parecer ha sido el caso de un pobre cristiano a quien un juez acaba de dictar orden de libertad, después de pasar veinticuatro largos años en una cárcel local, pues “su expediente no aparecía”. Menuda demora. Un periódico local que reporta el hecho, indica que el Juez al ordenar su libertad, le indicó al presidiario:”Puede usted marcharse a casa”, a lo que el segundo respondió cabizbajo: "Magistrado ¿y a dónde voy?, no conozco la dirección de mi casa",
Desde tiempos inmemoriales, los más preclaros pensadores de la humanidad han estado debatiendo la definición y el sentido de la justicia. Platón, en su “República” pone en labios de Trasímaco decir que “la justicia es el interés del más fuerte”, una tesis que cualquiera estaría dispuesto a apoyar si conoce la forma en que se maneja la justicia en estas latitudes. Los pobres, por ejemplo, están exentos de los ataques de pánico o de refugiarse en costosos centros médicos para evitar pagar sus delitos. Tampoco tienen derecho a confortables celdas y privilegios especiales en las cárceles a los cuales son enviados. Y en casos como el que acabamos de comentar, si el expediente se extravía en los oscuros laberintos de algún lejano tribunal, se condena al infeliz a un purgatorio tenebroso. ¡Que Dios nos libre, ser víctimas de
LA JUSTICIA DEMORADA
La justicia a un acusado
le causó un gran desengaño
porque veinticuatro años
preso fue sin ser juzgado.
Que ella es ciega lo ha probado
porque no ha podido ver
que ella puede proteger
sólo a gente de abolengo
no a un triste realengo
sin dinero y sin Poder.
Un juez dijo sorprendido
¿adonde fue tu expediente?
te suelto inmediatamente
por el tiempo transcurrido.
Y el presidiario afligido
por su inhumana prisión
desprovisto de emoción:
sólo se atrevió a decir
¿adonde voy a vivir?
si olvidé mi dirección
Justicia dijo Platón
es el interés del fuerte
o que no hay pobre con suerte
es similar conclusión.
Y si acaso una lección
podemos aprovechar
de esta historia singular
es que paz con injusticia
ni con la magia de Alicia
es posible preservar.
Rafael Martínez Céspedes
Este al parecer ha sido el caso de un pobre cristiano a quien un juez acaba de dictar orden de libertad, después de pasar veinticuatro largos años en una cárcel local, pues “su expediente no aparecía”. Menuda demora. Un periódico local que reporta el hecho, indica que el Juez al ordenar su libertad, le indicó al presidiario:”Puede usted marcharse a casa”, a lo que el segundo respondió cabizbajo: "Magistrado ¿y a dónde voy?, no conozco la dirección de mi casa",
Desde tiempos inmemoriales, los más preclaros pensadores de la humanidad han estado debatiendo la definición y el sentido de la justicia. Platón, en su “República” pone en labios de Trasímaco decir que “la justicia es el interés del más fuerte”, una tesis que cualquiera estaría dispuesto a apoyar si conoce la forma en que se maneja la justicia en estas latitudes. Los pobres, por ejemplo, están exentos de los ataques de pánico o de refugiarse en costosos centros médicos para evitar pagar sus delitos. Tampoco tienen derecho a confortables celdas y privilegios especiales en las cárceles a los cuales son enviados. Y en casos como el que acabamos de comentar, si el expediente se extravía en los oscuros laberintos de algún lejano tribunal, se condena al infeliz a un purgatorio tenebroso. ¡Que Dios nos libre, ser víctimas de
LA JUSTICIA DEMORADA
La justicia a un acusado
le causó un gran desengaño
porque veinticuatro años
preso fue sin ser juzgado.
Que ella es ciega lo ha probado
porque no ha podido ver
que ella puede proteger
sólo a gente de abolengo
no a un triste realengo
sin dinero y sin Poder.
Un juez dijo sorprendido
¿adonde fue tu expediente?
te suelto inmediatamente
por el tiempo transcurrido.
Y el presidiario afligido
por su inhumana prisión
desprovisto de emoción:
sólo se atrevió a decir
¿adonde voy a vivir?
si olvidé mi dirección
Justicia dijo Platón
es el interés del fuerte
o que no hay pobre con suerte
es similar conclusión.
Y si acaso una lección
podemos aprovechar
de esta historia singular
es que paz con injusticia
ni con la magia de Alicia
es posible preservar.
Rafael Martínez Céspedes
22 de agosto de 2008