La última noticia nos llega desde España: Cuatro deportistas del equipo de balón mano de la selección dominicana han desertado antes de iniciarse la competencia, creando de paso un escándalo internacional. Tanto los medios como los funcionarios del área deportiva dominicanos han condenado como vergonzosa la deserción y los últimos aclaran que las deportistas involucradas obtenían ingresos en su país que oscilaban entre los tres mil y quince mil pesos dominicanos, o sea entre 55 y 165 euros mensuales. El salario mínimo en la Unión Europea está sobre los mil euros.
No busca este comentario justificar la decisión de nuestros deportistas. Lo que no podemos evitar es hacer la comparación del tratamiento que dan los medios a estas deserciones. Por ejemplo, cuando los atletas procedían de países comunistas los titulares indicaban que los tránsfugas habían dado un gran paso hacia la libertad. Si son de un país tercer mundista sin embargo, los desertores son prófugos de la justicia. Por otro lado, los funcionarios que juzgan la acción desde un confortable despacho probablemente devengan salarios que muchas veces centuplican los ingresos que recibían los desertores. ¿Qué autoridad moral tenemos entonces para juzgar estos refugiados económicos?
Sirva la ocasión para replantear con urgencia nuestro estatus de nación pobre con hábitos de ricos. Reestructuremos el Estado reduciendo iniquidades. Seamos austeros eliminando lo superfluo y lo banal. Hagamos justas las empresas que caminando una milla en las sandalias de los menos afortunados, podremos de algún modo reducir
No busca este comentario justificar la decisión de nuestros deportistas. Lo que no podemos evitar es hacer la comparación del tratamiento que dan los medios a estas deserciones. Por ejemplo, cuando los atletas procedían de países comunistas los titulares indicaban que los tránsfugas habían dado un gran paso hacia la libertad. Si son de un país tercer mundista sin embargo, los desertores son prófugos de la justicia. Por otro lado, los funcionarios que juzgan la acción desde un confortable despacho probablemente devengan salarios que muchas veces centuplican los ingresos que recibían los desertores. ¿Qué autoridad moral tenemos entonces para juzgar estos refugiados económicos?
Sirva la ocasión para replantear con urgencia nuestro estatus de nación pobre con hábitos de ricos. Reestructuremos el Estado reduciendo iniquidades. Seamos austeros eliminando lo superfluo y lo banal. Hagamos justas las empresas que caminando una milla en las sandalias de los menos afortunados, podremos de algún modo reducir
LA DOBLE MORALIDAD
Si uno mide y va a juzgar
la conducta de otra gente
vara corta comúnmente
siempre tiende a utilizar
Vara larga en su lugar
usamos para medir
nuestro propio discurrir
pues con amplia libertad
la doble moralidad
comenzamos a esgrimir.
La doble moralidad
se aplica a los deportistas
que cuando son comunistas
huyen a la libertad
aunque en obvia inequidad
llaman vulgar delincuente
a uno de esa triste gente
cuya deserción más seria
es salir de la miseria
tras la comida caliente.
Si en el globo la violencia
habla en tono tan airado
es que en la cima ha faltado
sabiduría y conciencia.
Perdió el mundo su inocencia
lo incorrecto es lo habitual
pues con la doble moral
que le ha enseñado a mentir
no le es fácil distinguir
que está bien o que está mal.
Rafael Martínez Céspedes
11 de julio de 2008
1 comentario:
¡Cuanto se practica hoy en día!!
Publicar un comentario