Nadie como los griegos para expresar en su infinita mitología el drama del hombre en su paso por esta tierra. Ellos sostienen que la primera mujer creada por Zeus fue Pandora –como los judíos dicen de Eva - y a quien también atribuyen en típica irresponsabilidad machista, todos los males que aquejan a la humanidad.
Los dioses griegos esculpieron a Pandora, la engalanaron y decoraron y “pusieron en su pecho mentiras, palabras seductoras y un carácter voluble”. Así las cosas, era de esperarse que algún incauto cayera en el lazo de Pandora y Zeus como castigo permitió que la nueva diva abriera una caja que contenía todas las desgracias: “la enfermedad, la vejez, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza y el crimen” aunque por suerte, esta cerró la caja “justo antes de que la Esperanza – que es lo último que podemos perder - también saliera”.
Ingrid Betancourt como moderna Pandora, nos acaba de enseñar esa verdad mitológica. Cuando la creíamos perdida, surge como un ave herida caída en un lodazal. Ingrid para este mundo azotado por el hambre, la miseria y la injusticia ya dejó de ser colombiana y se hizo universal. Su misión – si nos fueran a preguntar – no es contender en la descarnada política de su Patria dividida, si no convertirse en símbolo de esperanza para los millones de seres humanos secuestrados, marginados, desplazados y maltratados que desde Birmania hasta Zimbawe languidecen creyendo que la Esperanza también escapó de la Caja de Pandora. Mientras tanto a la valiente mujer, le decimos
INGRID: SIEMPRE ESTUVIMOS CONTIGO
Ingrid sufrimos contigo
tu dolor, tu soledad
tu perdida libertad
tu prolongado castigo.
Avecilla sin abrigo
volaste del lodazal
a una altura colosal
pasando de colombiana
a ser de la raza humana
esperanza universal.
Agotada la champaña
de la gran celebración
tu próxima decisión
puede ser tu gran hazaña.
No ha tenido nunca entrañas
la contienda partidista
y el hecho que Dios insista
darte otra oportunidad
de servir la humanidad
no debes perder de vista.
Medio mundo secuestrado
por el hombre y su codicia
entre el hambre y la injusticia
muere desesperanzado.
Y si es que Dios ha pensado
otorgarte su confianza
utiliza la enseñanza
que aprendimos de Pandora
y hazte nueva embajadora
de la paz y la esperanza.
Rafael Martínez Céspedes
5 de julio de 2008
Los dioses griegos esculpieron a Pandora, la engalanaron y decoraron y “pusieron en su pecho mentiras, palabras seductoras y un carácter voluble”. Así las cosas, era de esperarse que algún incauto cayera en el lazo de Pandora y Zeus como castigo permitió que la nueva diva abriera una caja que contenía todas las desgracias: “la enfermedad, la vejez, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza y el crimen” aunque por suerte, esta cerró la caja “justo antes de que la Esperanza – que es lo último que podemos perder - también saliera”.
Ingrid Betancourt como moderna Pandora, nos acaba de enseñar esa verdad mitológica. Cuando la creíamos perdida, surge como un ave herida caída en un lodazal. Ingrid para este mundo azotado por el hambre, la miseria y la injusticia ya dejó de ser colombiana y se hizo universal. Su misión – si nos fueran a preguntar – no es contender en la descarnada política de su Patria dividida, si no convertirse en símbolo de esperanza para los millones de seres humanos secuestrados, marginados, desplazados y maltratados que desde Birmania hasta Zimbawe languidecen creyendo que la Esperanza también escapó de la Caja de Pandora. Mientras tanto a la valiente mujer, le decimos
INGRID: SIEMPRE ESTUVIMOS CONTIGO
Ingrid sufrimos contigo
tu dolor, tu soledad
tu perdida libertad
tu prolongado castigo.
Avecilla sin abrigo
volaste del lodazal
a una altura colosal
pasando de colombiana
a ser de la raza humana
esperanza universal.
Agotada la champaña
de la gran celebración
tu próxima decisión
puede ser tu gran hazaña.
No ha tenido nunca entrañas
la contienda partidista
y el hecho que Dios insista
darte otra oportunidad
de servir la humanidad
no debes perder de vista.
Medio mundo secuestrado
por el hombre y su codicia
entre el hambre y la injusticia
muere desesperanzado.
Y si es que Dios ha pensado
otorgarte su confianza
utiliza la enseñanza
que aprendimos de Pandora
y hazte nueva embajadora
de la paz y la esperanza.
Rafael Martínez Céspedes
5 de julio de 2008
2 comentarios:
Por favor Ingrid, no saltes de la sartén al fuego. No vuelvas al estercolero de la política. Eres símbolo de todos los que creen en la Esperanza.
Magnífica décima, excelente enfoque, Rafael.
Es un gran alivio para toda la humanidad saber que nuestras oraciones fueron escuchadas y que, al fin, terminó el injusto, inenarrable suplicio de Ingrid.
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