sábado, 1 de marzo de 2008

ESE METRO YA ES DE TODOS


La continuidad del Estado no es siempre entendida o practicada por nuestros dirigentes políticos. La continuación o mantenimiento de las obras iniciadas por una administración saliente se convierte en un caso leproso que la nueva administración no quiere tocar. Lo malo es que al parecer cada gobierno tiene su obra pendiente favorita.

Preocupa por tanto que después que el gobierno actual ha invertido más de US$800 millones de dólares en el cacareado metro hasta Villa Mella –popular poblado famoso por sus chicharrones de cerdo - sería penoso verlo convertido en chatarra en menos de lo que pestaña un pollo. La aprensión viene porque un paseo de prueba a que fue sometido el costoso tren el 27 de febrero pasado, al cual el Presidente había invitado a todos los legisladores, sólo asistieron los congresistas simpatizantes al Gobierno. No sabemos si esto fue provocado por la fobia de la continuidad – personal o del Estado- o por la advertencia que en broma hizo el anfitrión de que estaría prohibido comer chicharrones en el recorrido de prueba.

La controvertida obra – para bien o para mal – está dando sus primeros pasos. Por supuesto debemos madurar y reflexionar más antes de hacer inversiones de este género, pero también debemos respetar y cuidar lo invertido si ya no hay tiempo para dar marcha atrás. En este caso, no podemos olvidar que


ESE METRO YA ES DE TODOS

Un gran sueño parecía
lejano como una estrella
el metro que en Villa Mella
el Gobierno construiría.
Destruirá la economía
protestó la oposición
es insulto a la nación
e inversión no prioritaria
esa ruta ferroviaria
hasta Villa Chicharrón.

Con la protesta arreciando
el astuto presidente
igual que un Buda paciente
tranquilo siguió excavando
y para colmo invitando
pegado a las elecciones
se olvidaran las pasiones
y en el tren un paseíto
dieran con el requisito
de no comer chicharrones.

No quisieron ir a Villa
los fieros opositores
pues ya muy viejos rencores
guardaban al de la silla.
La fruta de la rencilla
ya está ahí de todos modos
y hay que pensar con los codos
pues la obra hay que cuidar
y jamás hay que olvidar
que ese metro ya es de todos.

Rafael Martínez Céspedes
1ª de marzo de 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Difícil tarea será mantener ese tren.