Debe llamar a la preocupación el informe del Banco
Mundial sobre la economía de la República Dominicana cuando nos dice “que aunque
ha sido en los últimos veinte años una de las economías de más alto
crecimiento, con un aumento promedio del PIB en torno al 5,8 por ciento entre
1991 y 2012, a pesar de este fenomenal desempeño económico, la pobreza hoy en
día es más alta que en 2000”. Favor ver
En enero del 2011, al inicio de lo que se denominó más
tarde “La Primavera Árabe” publicamos en este blog un artículo titulado
“Lágrimas, Sangre y Violencia” y que reproducimos más abajo porque pensamos
tiene aún vigencia, no sólo porque describe lo que aconteció posteriormente y sigue
aconteciendo con fuerza y violencia en esa región a partir de los eventos de Túnez,
sino que la revolución del Magreb debía ser una luz para alumbrar el camino de países que,
como la República Dominicanas. han hecho de la exclusión social un pernicioso y extremadamente peligroso modelo
de desarrollo. He aquí la mencionada entrada de hace más de 3 años:
“LAGRIMAS, SANGRE Y VIOLENCIA
Nos dice Wikipedia que "Magreb (en árabe Al-Magrib) es la
adaptación al español de una voz árabe que significa lugar por donde se pone el
sol, el Poniente, la parte más occidental del Mundo Arabe y la denominación
tradicional de la región del Norte de Africa que comprende los países
Marruecos, Argelia y Túnez."
De Túnez me gustaría hoy hablar, pues desde hace algún tiempo se vienen
escenificando violentas protestas, que me recuerdan la época inmediatamente
después del ajusticiamiento del dictador Rafael Trujillo en la República
Dominicana.
En ese país del Magreb, había gobernado durante 24 años un régimen
dictatorial y corrupto, manejado por un grupito o anillo alrededor del
Presidente Zine el Abidine Ben Alí y en particular por la primera dama - y
poder detrás del trono - la señora Leila Trabelsi. En lo macro económico,
Túnez, según las estadísticas, es un país próspero, con un crecimiento de 4%
anual, pero la corrupción imperante y el hecho de que todos los negocios
importantes del país iban a parar en las manos de la familia gobernante, creó
una enorme concentración de la riqueza, pero sin una justa distribución. Otro
ejemplo de que las estadísticas de los economistas tenemos que examinarlas con
pinzas, porque casi nunca toman en cuenta los fogones de la gente.
La crisis detonó cuando un joven desempleado se inmoló, quemándose vivo,
frente al ayuntamiento de su pueblo, después que la policía le confiscara su
puesto ambulante de frutas por carecer de un permiso. Las protestas y
enfrentamientos con las fuerzas del orden se extendieron en poco tiempo por
todo el país y las redes sociales del Internet, hasta que finalmente se generó
una presión tal, que el Presidente Ben Alí se vió forzado a tomar un avión
hacia el exilio, no sin antes empacar con su equipaje, 1.5 toneladas en
lingotes de oro, extraídos del Banco Central de Túnez. La prognosis de la
crisis es sencillamente predecible, más desorden y caos, y por supuesto más
muertos hasta que la violencia llene toda el espacio creado por el inminente
vacío de poder. Del Magreb lejano, nos envían otra clara lección que cualquier
sociedad que deje concentrar su riqueza y su poder en tan poquísimas manos,
cosechará en su futuro
.LAGRIMAS, SANGRE Y VIOLENCIA
.
Al Gobierno denunciar
de corrupto y asesino
decidió este tunecino
su vida en fuego apagar
sin saber que iba a lograr
su heroica decisión
liberar a su nación
de la voraz cleptocracia
que mató su democracia
y la ahogó en corrupción.
.
Los negocios del Estado
acaparaba un grupito
cuyo monstruoso apetito
por oro jamás saciado
hizo que el país hastiado
a las calles se lanzara
y con el pecho enfrentara
al corrupto Presidente
sin impedir finalmente
que aquel cobarde escapara.
.
Ojalá que la erupción
del Magreb norafricano
un pueblo no tan lejano
quiera usar como lección:
si el Poder la corrupción
trata con indiferencia
y la estatal delincuencia
no decide golpear duro
cosechará en el futuro
lagrimas, sangre y violencia.
.
Publicado originalmente el 20 de enero de 2011.
Rafael Martínez Céspedes
24 de septiembre de 2014