Otra vez muy alto honor me ha concedido un fino
intelectual, científico de la agronomía, pero de profesión santiaguero, el Dr.
Pedro Julio Jiménez Rojas quien ha publicado en el periódico digital acento.com
un comentario sobre mi libro electrónico publicado en amazon.com “Un País de
Telenovela”.
El honor viene, como dije, de la persona del Dr. Jiménez Rojas quien es
Profesor Emérito de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con un Doctorado
en Fisiología Vegetal de la Universidad de Paris. Si de la bondad de tu corazón
habla tu boca, como indica el precepto bíblico,
las entregas del compueblano nos revelan a un fino intelectual y científico, con una
amplia cultura y rastros en su personalidad que dejó su estadía en la Francia
de la Ciudad Luz, que sin embargo sigue
amarrado sentimentalmente al Santiago de los Caballeros que nos viera crecer en la mitad del
siglo pasado. Les invito pues a
deleitarse con el artículo de Pedro Julio en el enlace:
Debo comentar por fuerza una parte del mencionado
artículo donde indica:
“Debo
iniciar mis comentarios sobre esta última entrega del Sr. Martínez denominada
“Un país de telenovela” significando, que su lectorado está habituado a su
forma de narrar donde la décima o espinela asume el papel estelar ya que en su
libro “Santiago en el Corazón” disfrutamos en cada una de sus páginas de la
maestría con que maneja y domina este
difícil instrumento de expresión escrita.”
Y continúa:
“Después
de su lectura sería oportuno preguntarse si esta forma singular de escribir en
que en un extraño concubinato se amalgaman la prosa y el verso, tendrá alguna
influencia en el imaginario popular dominicano.
Pienso que sí por los recordados que son las espinelas de Juan Antonio
Alix; los inolvidables que han sido los
proverbios y refranes que caracterizaron
la tiranía de Lilis y en especial, las cotidianas sentencias y aforismos de que
se sirven las clases populares para traducir sus más variadas actitudes ante la
vida”.
Lo que me trae a aclarar una pregunta que otros me
habían hecho anteriormente sobre esa forma de amalgamar la prosa y el verso que
he venido dando a mis trabajos. Permítanme por un instante traer a colación las
ideas de Federico García Lorca sobre la creación estética, en una conferencia
magistral titulada “Juego y Teoría del Duende” donde narra su lucha, no con una
musa inspiradora, si no con un duende – un poder misterioso que todos sienten y
que ningún filósofo explica- con el que lucha al borde de un pozo de donde
surge su inspiración.
Debo confesar que en mi caso, si es cierta la teoría
del poeta insigne, tengo un duende algo travieso que me hace escribir primero
en prosa, pero al final termino escribiendo mis conclusiones con las consabidas
décimas. Ojalá que – como augura el amigo Jiménez Rojas – las mismas sirvan a
las clases populares para traducir sus más variadas actitudes frente a la
vida.
Mientras tanto al amigo santiaguero, sólo pido que
acepte este comentario como muestra de mi agradecimiento a tomarse el tiempo de
leer mi librito “Un País de Telenovela, ”advirtiéndole que las gracias no se
las da un escritor, sino más bien son de un
DECIMERO AFICIONADO
Un muy alto y grato honor
me hace un fino santiaguero
que en escrito lisonjero
hasta me llama escritor
No merezco tal favor
pues soy un aficionado
que su prosa ha salpicado
con la décima espinela
verso cuya larga estela
siempre al pueblo ha iluminado.
Un gran poeta decía
que a él un duende le dictaba
mientras de un pozo sacaba
el hilo de su poesía
Claro que se refería
a esa fuerza omnipotente
que guía espíritu y mente
cuando decimos actuar
otra forma de llamar
nuestro oscuro subconsciente.
Conmigo quiere jugar
parece un duende travieso
pues siempre termino en verso
lo que en prosa he de empezar
O quizás fue comprobar
que la décima es lamento
un poderoso instrumento
que es arma de batallar
ya que equivale a uno dar
Verdad a un pueblo sediento.
Rafael Martínez Céspedes
27 de julio de 2014
Referencias: