Aunque parezca paradójico, realmente los problemas,
como ya lo dijo un sabio, se ven mayores en la distancia. También parece igual
de paradójico que, a pesar de los grandes progresos tecnológicos logrados por la
humanidad en todos los órdenes y el aumento en la capacidad del hombre en
pronosticar eventos futuros, la incertidumbre humana en este mundo tan complejo,
como lo atestigua el mercado creciente de ansiolíticos farmacéuticos, se hace cada día mayor y devastadora.
Los problemas económicos y de la salud, tienen
evidentemente la mayor cuota en cuanto a los factores causales de la ansiedad.
Por eso, en esta época de burbujas inmobiliarias, de una nunca vista tasa de
desempleo en las economías desarrolladas, de cierres de gobiernos por diferencias
políticas, de la proliferación de nuevos virus letales y de nuevas enfermedades, entre otros males, las iglesias cristianas vienen arengando a sus
feligreses a practicar el difícil arte de no tener ansiedad por el futuro y ejercer
el bíblico precepto de “dejar que cada día traiga su propio afán.”
Recientemente me tocó escuchar dentro de este
contexto, un profundo sermón a cargo del
Pastor Miguel Núñez de la Iglesia Bautista Internacional (IBI) de Santo Domingo, donde comentaba el discurso pronunciado en la
radio por el Rey Jorge VI de Inglaterra en la Navidad del 1939. Se recordará que apenas en Septiembre de ese
año, se habían iniciado las hostilidades de parte del aparentemente invencible
Ejercito Alemán de Hitler, en lo que se convertiría en la cruenta Segunda
Guerra Mundial. Debe recordarse también que Inglaterra – por la política errada
de sus dirigentes políticos que embaucados por el Führer alemán trataron de apaciguarlo mediante concesiones
onerosas -descuidó armarse estratégicamente y se encontraba en desventaja
frente a la Alemania Nazi.
Mencionó el Pastor Núñez en el aludido sermón, que
el Rey Jorge– utilizando ese enorme
poder transformador y de inspiración que ha tenido siempre la poesía – coronó su
discurso con una porción del poema de la
filósofa y académica inglesa Minnie Louise Haskins titulado “The
Gate Of The Year” (La Puerta de Entrada al Año”, el cual traducido
libremente dice asi:
“Y le dije al hombre que estaba en la puerta del año:
"Dame una luz para que pueda andar con seguridad hacia lo
desconocido." Y él respondió: "Ve a la oscuridad y pon tu mano en la
mano de Dios. Eso será mejor que una luz y más seguro que un camino conocido
"
Favor ver el original completo inglés en el enlace:
y el discurso radiofónico del Rey Jorge VI al pueblo
inglés en:
Como se vio, nadie hubiese podido prever que los ingleses inspirados por el genial
Winston Churchill que sólo les había prometido “sangre, sudor y lágrimas”
resultaran a la postre vencedores y contra todas las probabilidades
convirtieran un futuro “negro” en un presente de libertad y de esperanza. A ellos todos y a quienes aún vivimos
preocupados por el futuro, he preparado estas décimas inspiradas en el poema de
la Haskins.
PARA EL CAMINO ALUMBRAR
Lo difuso y muy lejano
siempre hemos querido ver
cuando es más fácil hacer
lo que está claro y cercano.
No entiende el género humano
que el futuro vislumbrar
es igual que caminar
sin luz en la noche oscura
tarea incierta y muy dura
que se debe a Dios dejar.
Inglaterra acorralada
por el Imperio del Mal
su entereza proverbial
nunca fue jamás quebrada
pues el Rey con voz pausada
pidió auxilio a la poesía
y del año que venía
le preguntó al centinela
si alguna luz o una vela
para ver mejor tenía.
“El futuro conocer
al humano está vedado
y un sendero iluminado
nunca podremos tener
No sufrir con el ayer
como acostumbra la gente
confiar en el Omnipotente
para el camino alumbrar
y para el diario afanar
siempre ha bastado el presente”.
Rafael
Martínez Céspedes
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