Ramón Cáceres (Mon) y Horacio Vásquez, dos primos
hermanos de Moca, fueron figuras destacadas en la política criolla en los
primeros años del siglo XX. Mon cobró notoriedad al ser el principal
responsable-dicen que inducido por Horacio - del ajusticiamiento del dictador
Ulises Heureaux (Lilís) en Julio del 1899.
Posteriormente Mon
ocupó la Presidencia de la República Dominicana desde el 1906 hasta el 1911. El
gobierno de Mon Cáceres- según los analistas – fue bueno y el país tuvo un progreso
notable en todos los órdenes. Esto en general pasa – aunque es muy poco
frecuente – cuando los que dirigen la cosa pública tienen como meta servir, no
solamente llenarse el bolsillo.
La relación entre
los dos pro hombres mocanos se enfrió durante el ejercicio en el Poder de Mon,
dicen que por las intrigas de los allegados al Presidente, quienes siempre
le calientan el oído para que prolongue su permanencia en el puesto o le
enemistan contra antiguos allegados. El caso terminó trágicamente, Horacio en
el exilio y Mon asesinado por un grupo de
conspiradores quienes lo abatieron a tiros en Santo Domingo el 19 de
noviembre de 1911.
A partir de ese
momento, las pasiones desbordadas y las ambiciones de los políticos criollos
dieron al traste con la estabilidad social y el progreso material. Se
sucedieron sediciones y revoluciones al por mayor, mientras gobiernos corruptos
endeudaron de tal forma al país que eventualmente los americanos dentro de su política del Gran Garrote invadieron el
país con sus fuerzas armadas en el 1916 durando la oprobiosa ocupación hasta el
1924, acontecimientos todos que fueron el preludio de la dictadura de treinta
años de Rafael Trujillo. Viendo los periódicos de hoy en día, no podemos menos
que pensar que
HEMOS CAMBIADO MUY POCO
Mon y Horacio, el gran caudillo
dos grandes hombres mocanos
eran virtuales hermanos
antes de llegar Trujillo
pero la intriga un gran trillo
entre este gran dúo abrió
y el Poder los separó
para mal de su país
y el Mon que mató a Lilís
bajo las balas cayó.
Tras esa muerte de Mon
quedó el país dividido
viendo el pueblo entristecido
llegar la revolución.
Sangre, fuego y sedición
fueron pan de cada día
y en esa eterna agonía
vino el gran Yanqui a cobrar
y el suelo patrio al pisar
se fue la soberanía.
Siguen hoy las divisiones
nuestra memoria es muy corta
pues la Patria nunca importa
van antes las ambiciones.
Se desbordan las pasiones
pues lo importante es mandar
y el derecho de gastar
todo el dinero de Hacienda
fin de la dulce encomienda
del bacalao cortar*
Rafael Martínez Céspedes
Rafael Martínez Céspedes
6 de Junio de 2012
*"cortar el bacalao" = mandar o disponer de hecho. Diccionario Real Academia Española
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