viernes, 6 de enero de 2012

LÍCITO ES ENLOQUECER

Alguien me señaló alguna vez, que las Navidades en nuestro país son una especie de carnaval, y como carnaval los dominicanos obedecen al pie de la letra el proverbio latino “Sempel in anno licet insanire, que en cristiano es “una vez cada año, se nos permite enloquecer.” (Para un bien documentado comentario sobre el Carnaval  y sus orígenes favor conectarse con: 

http://palaciodelamosquera.org/wp-content/uploads/2011/03/El-carnaval-como-milenaria-fiestaCompletofotos.pdf)

Si a una Navidad común y silvestre se añade el hecho de que las elecciones presidenciales ocurran al año siguiente, la actividad demencial del país y sus gobernantes parece duplicarse. Sólo esto explica que en barrios paupérrimos de todo el país, el Presidente de la República dirija campañas donde se lanzan desde furgones, cajas conteniendo los ingredientes para una cena de Navidad. El resultado son verdaderos motines donde terminan atropelladas, física y moralmente, decenas de personas que pelean para llevarse una de las escasas cajitas. Triste espectáculo que nos recuerda la película de ciencia ficción Soylent Green (en español: “Cuando el Destino Nos Alcance"


Si las autoridades actúan de forma irracional, no menos hacen los partidos de oposición que aspiran a desbancar al gobierno. Mientras los politólogos y sociólogos nos advierten sobre el daño que nuestros gobernantes han causado a esta sociedad con sus actitudes clientelistas que fomentan la reelección y el caudillismo, el mayor partido de la oposición basa su campaña en el exitoso slogan “Llegó Papá” en franca contradicción con el  consejo de los conocedores del origen de los males de esta sociedad, clientelar y paternalista.

Mencionar el trujillismo es anatema en dominicano, sin embargo los líderes de casi todos los partidos fomentan el culto de imitación al Jefe – vía el ritual obligado de hacer que los funcionarios desfilen frente al Presidente el día de su cumpleaños o el día de Año Nuevo, funcionarios que, cuál escuelita, acuden sumisos para que el Capitán (o sea el que firma los cheques y los decretos) “los vea”.

Y mientras todo esto sucede, la diversión en las otras salas de espectáculos que constituyen el país, no parecen cesar: dos aviones “desaparecen” misteriosamente de bien protegidos hangares y un astuto farsante de sólo 19 años se hace pasar por médico en uno de los principales hospitales públicos del país, llegando según dicen sus acusadores a realizar procedimientos quirúrgicos sin ser detectado por un buen tiempo por las autoridades del hospital. De forma que advierto a quienes nos visitan por primera vez y se sorprendan de nuestras curiosas costumbres, que se trata de una locura que inventaron los romanos, quienes siguen diciendo que una vez en cada año

LÍCITO ES ENLOQUECER

Es sólo justo admitir
ahora que se ha ido el año
que en un país muy extraño
nos ha tocado vivir
Un ejemplo es repartir
como lo hace el Presidente
a una gran masa indigente
funditas de Navidad
que insultan la dignidad
y la estima de la gente.
.
Se condena el clientelismo
pero gana el que más da
y gritan: Llegó Papá
reviviendo el caudillismo
Hablan mal del trujillismo
al que quieren imitar
obligando a desfilar
casi a todo funcionario
frente al Jefe legendario
que los cheques va a firmar
.
En lo que un gran traficante
roba impune dos aviones
cirugías y operaciones
hace un médico farsante.
Es un cuadro alucinante
que raya en lo irracional
colorido carnaval
de tropical frenesí
que aunque no firme Dalí
es lo mismo de irreal.
.
Rafael Martínez Céspedes

6 de enero de 2012

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