Confieso que salí decepcionado, después de haberme forjado tantas ilusiones, cuando asistí a una función del famoso circo Ringling Brothers hace ya muchos años en New York. Era un espectáculo con tres actividades ocurriendo simultáneamente en pistas diferentes lo que al fin de cuentas, no me permitía disfrutar de ninguna.
El circo decepcionante en que la Humanidad ha convertido nuestro planeta, me recuerda esa experiencia lejana. Uno siente que algo anda mal cuando, de repente, una ciudad señorial como Londres es presa del descontento de turbas insatisfechas que casi ponen la milenaria ciudad a arder por las cuatro esquinas. Uno siente que algo anda mal, cuando los políticos norteamericanos y europeos dan señales inequívocas de no saber o de no querer manejar la crisis económica global y por supuesto, se han hecho maestros en no ponerse de acuerdo.
A este propósito el laureado economista Paul Krugman ha señalado que la crisis mundial ha sido secuestrada por los políticos, quienes han antepuesto el tema de cubrir el enorme déficit que los acogota y han olvidado concentrarse en el desempleo que azota todos los llamados países desarrollados y que ha hecho tambalear todas las bolsas de valores en todo en el mundo. Dicho en términos más simples, han hecho lo que es políticamente correcto, pero se han olvidado del hambre de la gente. Ver http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/crisis/secuestrada/elpepueconeg/20110814elpneglse_5/Tes
Mientras esto ocurre, en la segunda pista del circo multitudes se congregan en Madrid en la llamada Jornada Mundial de la Juventud para recibir al Papa Benedicto XVI, evento que, según los estimados costará cincuenta millones de euros, mientras los críticos advierten el contraste entre ese – que ellos llaman despilfarro – y el hecho de que en estos momentos millones de seres humanos se encuentran al borde de la muerte por inanición en una letal hambruna que azota como siempre tantos países pobres del África.
Ya en una pista más cercana, los norteamericanos critican el hecho de que mientras millares de ciudadanos hacen filas para cobrar el cheque del desempleo o buscan trabajo sin encontrarlo, el Presidente Barack Obama se desplaza a disfrutar de una jornada de vacaciones en el exclusivo balneario de Martha´s Vineyard. Igual que mi primera experiencia en aquel afamado circo, por más que me esfuerzo en ver las cosas con otro cristal
UNO VE QUE ALGO VA MAL
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