jueves, 13 de marzo de 2008

LA CULPA LA TUVO ADÁN

“Cosas veredes, mío Cid, que farán hablar las piedras” dicen los versos, en una frase que tiene vigencia cotidiana en esta sociedad de la información y la doble moralidad. Caso para que hablen las piedras: El descubrimiento que el Gobernador de Nueva York, el señor Elliot Spitzer era un asiduo consumidor – mediante previo y alto pago desafortunadamente – de los servicios de una encantadora aspirante a músico de apenas unos escandalosos 22 años. Resultado del duelo USA vs Spitzer: renuncia deshonrosa de este último y cese del usufructo de las mieles del Poder.

Que el escándalo termine con la renuncia del antiguo ex fiscal de New York, que justamente envió el mismo a la prisión y a la deshonra a docenas de implicados en crímenes similares al que hoy representa su desgracia, no es nueva en la sociedad norteamericana, acusada siempre de tener una doble moralidad frente a la ética de la guerra y la del sexo. Lo que realmente luce incongruente, es que la misma Eva causante de la desgracia de este nuevo Adán por sus delitos sexuales, salte de repente al estrellato y al alcance del “sueño americano” y reciba ofertas millonarias para posar como la veía siempre Spitzer en la revista erótica Penthouse. De nuevo ¡Cosas veredes!

Como al parecer el caso Spitzer ha de tener otros fines políticos en este año de campaña presidencial en los EUA, sabemos que ahora empieza su martirio. Por lo menos le recomendamos que de una forma irresponsable le diga al Juez de la pena o al Congreso que:


LA CULPA LA TUVO ADÁN

Por no haber obedecido
a Dios en el Paraíso
rompió Adán su compromiso
tocando el fruto prohibido.
Parece lo acontecido
fue de un novato torpeza
al comer con ligereza
esa fruta peliaguda
que hasta a una estatua de Buda
hace perder la cabeza.

Creó Adán con su diablura,
hija del aburrimiento,
el infausto nacimiento
de este mundo y su locura.
Dicen que la Agricultura
el sustento de los reyes
y otras atinadas leyes
originó ese pecado
pues hala el fruto malvado
más que una yunta de bueyes

Reinos y hasta una nación
ha hecho el fruto perder
siendo la última en caer
una gran Gobernación.
En este caso en cuestión
perdió el gringo Adán de vista
la sociedad moralista
que hoy de su mansión lo muda
y a su Eva envía desnuda
al centro de una revista.



Rafael Martínez Céspedes
11 de marzo de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Spitzer perdió el paraíso.