lunes, 14 de febrero de 2011

LA REBELIÓN DE LAS MASAS



Según lo describe el historiador Will Durant, el profeta Mahoma nació en el año 570 de nuestra era en una familia pobre y un país igual de pobre y desértico y continúa: “nadie en esos años hubiese soñado que, en sólo un siglo, estos nómadas conquistarían la mitad del Asia Bizantina, toda Persia y Egipto, la mayor parte de África del Norte y se dirigían a la conquista de España. La conquista y conversión al islamismo de la mitad del mundo mediterráneo, es uno de los fenómenos más extraordinarios de la historia.”

Hoy día, el mundo árabe es una extensa región que se extiende casi 8,000 kilómetros desde el extremo occidental de Túnez hasta la porción más oriental de Omán. Comprende 20 estados independientes cuyo lazo común es la lengua árabe y donde un 80% de su población practica la religión que les dejó el profeta Mahoma: el islam.


Los pueblos árabes comparten también la desgracia de producir más de la tercera parte del líquido negro y bituminoso sobre el cual las naciones de occidente han fundamentado sus economías y con el que mueven sus máquinas de paz y de guerra.

Por eso, el mundo árabe constituye una especie de frontera en la cual – desde la Segunda Guerra Mundial, pasando por la Guerra Fría hasta la crisis global de nuestros días - debaten sus diferencias ideológicas y económicas los imperios del Poniente.


Como toda frontera, el mundo árabe es pues inestable y sus gobiernos se originan y sostienen de una manera u otra en poderosos gobiernos consumidores del dichoso petróleo, quienes a su vez no gustan de practicar la democracia política ni mucho menos económica. Los gobiernos autocráticos, la corrupción y el desempleo son por lo tanto comunes en ese mundo.

Pero, como al parecer la gente que forma parte de esos pueblos quiere también un poco de ese pastel hasta ahora tan mal dividido, la gente ha perdido el miedo a los dictadores y a sus cañones y está saliendo a las calles, como pasó en Francia en su día, a pedir pan y libertad. La revolución la inició el fósforo con que se inmoló un joven tunecino y continúa extendiéndose como reguero de pólvora. Ya entró en Egipto, donde las masas populares hicieron saltar de su puesto a Mubbarak el faraón. Si los árabes repiten de nuevo su historia quizás no debíamos tomar las cosas a la ligera y observar con atención esta arábica

REBELIÓN DE LAS MASAS

El mundo árabe es presa
de una fuerte conmoción
una gran revolución
como lo fue la francesa
porque aspiran su riqueza
repartan con equidad
pidiendo más libertad
mejor trato recibir
y su derecho a vivir
con decoro y dignidad.
.
Un gobierno en Medio Oriente
debe con rigor mandar
pues su misión es cuidar
el petróleo de Occidente
quien aplica comúnmente
su eterna doble moral
proteger su capital
apoyando dictaduras
pero en las épocas duras
las traicionan siempre igual.
.
En Egipto hoy ha tocado
su turno a otro dictador
pues el pueblo sin temor
a las calles se ha lanzado
y ahora en muchos estados
desde Túnez hasta el Omán
sus dictadores verán
este caso con enojo
y sus barbas en remojo
de seguro ya tendrán.

Rafael Martínez Céspedes
14 de febrero de 2011

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que le darán libertad. El problema es ¿de donde sacarán tanto pan?

JoseM. dijo...

Muy acertada la decima!!!