lunes, 17 de mayo de 2010

BALTASAR GARZÓN: NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA


"Cuando me dicen que un amigo triunfa, siento que algo muere dentro de mí" es una cínica expresión que se atribuye al famoso novelista norteamericano Gore Vidal. Sólo esta frase, aplicada dentro del contexto de la envidia en las relaciones entre los mortales, es lo que me permite entender las causas que han motivado el proceso que están llevando a cabo en contra del conocido Juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, sus colegas de la judicatura española.
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Garzón, quien como nuevo Quijote ha librado desiguales luchas contra poderosos molinos de viento como ha sido enfrentarse en su España natal contra el narcotráfico, la corrupción administrativa en su propio partido el PSOE y contra el terrorismo de ETA entre otros, saltó a la notoriedad, fama y respeto internacional (y de paso a ser blanco de la envidia de los de su entorno profesional) en el año 1998, cuando enarbolando el principio de que "cualquier país tiene jurisdicción universal para juzgar crímenes de lesa humanidad, como es el genocidio", logró conseguir lo que la justicia chilena no había hecho: encerrar durante 3 años en Inglaterra al conocido dictador Augusto Pinochet. Por supuesto, los intereses políticos - que siempre están por encima de la justicia - primaron al final y Pinochet pudo regresar salvo y sano a su Chile natal, donde jamás pudieron tocarlo.
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Con todo su valor e inteligencia, al brillante y valeroso juez se le olvidaron las experiencias vividas por Cristo, pues la emprendió contra las organizaciones de derecha que en España y todo el mundo aún laten y gobiernan, al iniciar una investigación hurgando en los crímenes del franquismo. Hoy Garzón ha sido suspendido cautelarmente por el Tribunal Superior de España, el cual admitió una querella presentada por las organizaciones ultraderechistas "Manos Limpias" y "Falange Española" contra el juez, por presunta prevaricación, al declararse competente para investigar los crímenes de la dictadura de Francisco Franco. Olvidó don Baltasar, como lo mostró con su vida el Mesías en el Gólgota, "que todo redentor muere crucificado" y que ciertamente
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NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA
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Como el Cristo lo ha probado
cuando al Mal hizo la guerra
"nadie es profeta en su tierra"
aún es dicho consagrado
pues muere crucificado
todo nuevo redentor
que se diga defensor
de elementales derechos
o que denuncie los hechos
de un sangriento dictador.
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Dice Baltasar Garzón
un juez de los de verdad
que dañar la humanidad
crímen es sin prescripción
declarando su misión
es al pasado volver
y a la justicia traer
dictadores con sus muertos
que es enderezar entuertos
como hizo el Quijote ayer.
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Pinochet cruel asesino
en Inglaterra encerró
y de Europa deportó
a un genocida argentino
más el juez jurista fino
en su España ha fracasado
al pedir sea investigado
el pasado del franquismo
y al buen juez con gran cinismo
la envidia ha crucificado.
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Rafael Martínez Céspedes
17 de mayo de 2010








2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que injusticia. Que injusticia!!

Armando dijo...

Excelelnte ejercicio en desagravio de un valeroso juez sin fronteras.