De mi infancia conservo el alegre recuerdo de las burbujas que en una tarde cualquiera, volaban al soplar un tallo de lechosa, cuyo extremo contrario habíamos humedecido con agua enjabonada. Brillantes burbujas que vestidas de arco iris, se elevaban momentáneamente hasta reventar, destruyendo los sueños infantiles de remontarnos hasta el cielo.
De mi adolescencia, recuerdo esos planes de hacernos millonarios instantáneos, comprando una lista contentiva de nombres que en forma geométrica iban a devolvernos multiplicado el dinero invertido en un esquema engañoso. Al igual que las burbujas, estas llamadas pirámides, se deshacían en poco tiempo dejándonos una seria advertencia sobre el peligro de la codicia y un gran dolor en el bolsillo. Es legendario y ahora ha salido al tapete, el caso de Carlo Ponzi un astuto italiano que en los albores del siglo XX engañó a miles de norteamericanos con una fraudulenta pirámide que lleva ahora su nombre.
Así las cosas, no deja de sorprendernos que en esta era de la informática donde se han combinado ambos conceptos, personas e instituciones inteligentes – aunque siempre movidas por la codicia – caigan en una telaraña tipo Ponzi, como la tejida por el señor Bernard Madoff, quién estafó la increíble suma de 50 mil millones de dólares, a exitosos millonarios de Nueva York, a poderosos banqueros españoles y a instituciones benéficas de todo el mundo. Si alguien, al igual que yo, no tiene una idea de lo que significa esa suma, valga decir que equivale a la mitad del Producto Interno Bruto de las 7 naciones que componen América Central. Sin embargo, los millones dilapidados por Madoff, como las burbujas de nuestra infancia, al parecer se esfumaron
COMO POMPAS DE JABÓN
Burbujas finas, brillantes
las va soplando un chicuelo
y aunque apuntan hacia el cielo
se esfuman en un instante
y una lección importante
nos dejan al estallar
que nos debemos cuidar
de esas del capitalismo
que con dorado espejismo
nacen para embaucar.
Las pirámides llamadas
luego se perfeccionaron
hasta su nombre cambiaron
son bonos o derivadas
donde salen estafadas
personas e instituciones
en la danza de millones
que provocó la codicia
y caen por la malicia
de avorazados ladrones
Se pregunta el mundo entero
sobre el Madoff solitario
como pudo el millonario
malgastar tanto dinero
si fue en villas o en veleros
si fue en China o en Japón
pues no tuvo compasión
de los tontos que confiaron
cuyos sueños se esfumaron
como pompas de jabón
Rafael Martínez Céspedes 21 de diciembre de 2008
De mi adolescencia, recuerdo esos planes de hacernos millonarios instantáneos, comprando una lista contentiva de nombres que en forma geométrica iban a devolvernos multiplicado el dinero invertido en un esquema engañoso. Al igual que las burbujas, estas llamadas pirámides, se deshacían en poco tiempo dejándonos una seria advertencia sobre el peligro de la codicia y un gran dolor en el bolsillo. Es legendario y ahora ha salido al tapete, el caso de Carlo Ponzi un astuto italiano que en los albores del siglo XX engañó a miles de norteamericanos con una fraudulenta pirámide que lleva ahora su nombre.
Así las cosas, no deja de sorprendernos que en esta era de la informática donde se han combinado ambos conceptos, personas e instituciones inteligentes – aunque siempre movidas por la codicia – caigan en una telaraña tipo Ponzi, como la tejida por el señor Bernard Madoff, quién estafó la increíble suma de 50 mil millones de dólares, a exitosos millonarios de Nueva York, a poderosos banqueros españoles y a instituciones benéficas de todo el mundo. Si alguien, al igual que yo, no tiene una idea de lo que significa esa suma, valga decir que equivale a la mitad del Producto Interno Bruto de las 7 naciones que componen América Central. Sin embargo, los millones dilapidados por Madoff, como las burbujas de nuestra infancia, al parecer se esfumaron
COMO POMPAS DE JABÓN
Burbujas finas, brillantes
las va soplando un chicuelo
y aunque apuntan hacia el cielo
se esfuman en un instante
y una lección importante
nos dejan al estallar
que nos debemos cuidar
de esas del capitalismo
que con dorado espejismo
nacen para embaucar.
Las pirámides llamadas
luego se perfeccionaron
hasta su nombre cambiaron
son bonos o derivadas
donde salen estafadas
personas e instituciones
en la danza de millones
que provocó la codicia
y caen por la malicia
de avorazados ladrones
Se pregunta el mundo entero
sobre el Madoff solitario
como pudo el millonario
malgastar tanto dinero
si fue en villas o en veleros
si fue en China o en Japón
pues no tuvo compasión
de los tontos que confiaron
cuyos sueños se esfumaron
como pompas de jabón
Rafael Martínez Céspedes 21 de diciembre de 2008
1 comentario:
¡Que van hacer con todos los seres humanos afectados por el cierre de todas las instituciones benéficas que vivían de las inversiones que desperdicio Mr. Madof
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