domingo, 26 de octubre de 2008

SE NECESITAN TIMBALES

Acostumbrados como estamos a paros sindicales donde se queman gomas, se intercambian piedras y disparos y otros tipos de acciones violentas de parte de los manifestantes y de similares reacciones de parte de las autoridades, es ciertamente refrescante la noticia sobre la forma novedosa de realizar protestas de parte de los miembros de la Orquesta Sinfónica de Uruguay, quienes se instalaron el viernes en mitad de la principal avenida de la capital uruguaya y empezaron a tocar.

La presentación según los organizadores de la protesta, “busca llamar la atención de la opinión pública para que conozca nuestros reclamos.” “Tenemos los timbales rotos desde hace tres años y ahora pretendían que nos presentáramos con timbales prestados y no lo aceptamos” señaló un dirigente sindical de los músicos uruguayos.

Nuestros médicos vienen desde hace ya largos meses haciendo huelgas y ocupando edificios en procura de mejores salarios, sin que el Gobierno preste atención a sus reclamos. Como soñar no cuesta nada, se me ocurre sugerirles que imiten a los originales músicos uruguayos. No estoy sugiriendo, por supuesto, que en la calle El Conde realicen complicadas cirugías pero, bien podrían ,desde una esquina de un barrio cualquiera improvisar como protesta un consultorio al aire libre y contribuir en algo a la salud de sus congéneres. O quizás, si quienes protestan fuesen los maestros, que uno que otro improvise una aula al aire libre y enseñe el alfabeto a uno de esos niños harapientos que deambulan por toda la ciudad y de paso, en ambos casos, le darían una lección al Gobierno sobre la forma más justa de priorizar y racionalizar el gasto público. Claro que son sueños, porque para anteponer los intereses particulares a los de toda una sociedad, al igual que en el caso de la Orquesta Sinfónica de Uruguay, las partes en conflicto deben saber que

SE NECESITAN TIMBALES

Si un gremio se va a quejar
y expresar su descontento
siempre de un modo violento
se acostumbra a protestar
y hasta llegan a quemar
neumáticos de camiones
y otras violentas acciones
para crear más entuertos
pues del pueblo son los muertos
de estas manifestaciones.

Por eso muy refrescante
resultó aquel hecho cierto
que en Uruguay un concierto
dieran los manifestantes
pues eran los integrantes
de la Orquesta Nacional
que en la vía principal
sonaron sus instrumentos
pues estaban descontentos
con el Gobierno Central.

Si este ejemplo singular
siguen sabios y doctores
se usarían los exteriores
para enseñar o curar
y como siempre hay que dar
antes de uno recibir
viendo un músico pedir
que le arreglen sus timbales
aquí falta tener tales
para atreverse a exigir.


Rafael Martínez Céspedes
26 de octubre de 2008

domingo, 19 de octubre de 2008

TENER MIEDO A LA CODICIA


La gran crisis financiera global del 2008 ha traído a la palestra al legendario inversionista Waren Buffett, un icono norteamericano de las finanzas cuya fortuna de más de 65 mil millones de dólares, lo convierten en el hombre más rico del mundo. Según Buffett, su secreto en hacer tanto dinero se basa en su principio básico de “tener miedo cuando los demás se llenan de codicia y llenarse de codicia cuando los demás tienen miedo”,

Nadie pone hoy en duda de que la codicia sin frenos es la gran culpable de esta gran crisis que ha llenado al mundo de miedo: Codicia como la de los ejecutivos de instituciones financieras quebradas que reportaban sueldos de más de US$17,000 dólares la hora; codicia de los bancos que aumentaron de forma escandalosa el precio de los inmuebles, codicia en fin de los especuladores y de los países petroleros que, hoy llenos de miedo, ven que la recesión mundial que ellos han contribuido a alimentar con la escalada artificial de los precios del petróleo, le está arrebatando sus ganancias fabulosas y ahora, en desesperación, están hablando de cumbres para cortar la producción y aumentar los precios de un bien que, ellos bien saben, es la sangre negra de esta “civilización” basada en el automóvil, la contaminación y la búsqueda del placer desmesurado.

Con todo, si algún ribete plateado tiene este negro nubarrón que se cierne hoy en día sobre la humanidad es que está uniendo países ricos y pobres. Lo que no pudieron ni las Naciones Unidas, ni el calentamiento global, ni la amenaza nuclear lo está logrando el dinero. Por eso tenemos que recordar por fuerza al genial Juan Domingo Perón, que proclamaba a los cuatro vientos que la víscera que más le duele a los hombres, lo ha sido siempre el bolsillo. Por ahora, con Warren Buffett, aunque sin tanto dinero, hay que

TENER MIEDO A LA CODICIA

Tiene miedo a la codicia
un magnate financiero
pues tanto amor al dinero
siempre es fuente de injusticia
lo que unido a la malicia
y desmedida ambición
traen como colofón
la parálisis global
y el resultado infernal
de un planeta en recesión.

Pagarán por dichos hechos
seguro los infelices
que al igual que las lombrices
sólo le arrojan desechos
ya que por dorados trechos
seguirán los millonarios
que el mercado inmobiliario
volverán de nuevo a inflar
forma sola de costear
su vivir estrafalario.

Debemos reconocer
quitándonos el sombrero
que el eterno Don Dinero
tiene mágico poder
y a la vez agradecer
al Dios de esta nueva Era
que más que fuerza cualquiera
ha logrado al mundo unir
y siempre habrá que pedir
una crisis financiera.

Rafael Martínez Céspedes
19 de octubre de 2008