El progreso, bien entendido como el avance de la raza humana mediante el desarrollo y aplicación del conocimiento y la tecnología para el bienestar de la sociedad y del planeta, es el lado liso y brillante de esa moneda que es la vida. Su lado no tan agradable, es de funcionar como una gigantesca aspiradora que avanzando hacia el futuro, traga a su paso dogmas, principios y tradiciones que son el sustento de todo desarrollo humano sano.
Un caso que ilustra este último caso, es la evolución de la celebración de la Semana Santa en nuestro país. Independientemente de la generación que se trate, todos coinciden en que ha habido un salto dialéctico en la actitud de las personas e instituciones hacia dicha celebración. Antes era recogimiento y reflexión. Ahora son reuniones multitudinarias en playas y montañas, generalmente patrocinada por una empresa de alcohol o tabaco, con la presencia clandestina de una buena dosis de sexo y drogas.
La conclusión de la interminable caravana de vehículos y turistas que se desplazan desde el miercoles de la Semana Mayor, concluye el lunes siguiente con la compilación de muertos y heridos que ha producido el masivo desplazamiento. ¿Fue el salto dialéctico hacia adelante, hacia atrás o hacia el vacío? Sin tener a mano la respuesta, formularemos mejor una pregunta:
¿ES ESA SEMANA SANTA?
Se hace la Semana Santa
cada vez menos sagrada
ahora es orgía alocada
que mete miedo y espanta.
Es la diferencia tanta
que se ha perdido la unción
cada vez menos sagrada
ahora es orgía alocada
que mete miedo y espanta.
Es la diferencia tanta
que se ha perdido la unción
y la nueva comunión
la hacen ciertas compañías
que entre su feligresía
reparten tabaco y ron.
Alcohol con gasolina
lo combina mucha gente
que entre su feligresía
reparten tabaco y ron.
Alcohol con gasolina
lo combina mucha gente
y fatales accidentes
la letal mezcla origina.
Esa formula asesina
también puede intoxicar
la letal mezcla origina.
Esa formula asesina
también puede intoxicar
a otros se los lleva el mar
que junto a las discusiones
muertos darán por montones
que se cuentan al final.
El Comité de Emergencia
tiene un oficio bien feo
que es realizar el conteo
tiene un oficio bien feo
que es realizar el conteo
que provoca esa imprudencia.
Esta falta de conciencia
tan difícil de parar
Esta falta de conciencia
tan difícil de parar
viene de nuevo a probar
que en el mundo le falta luz
y que lo bueno a la cruz
siempre nos gusta llevar.
Rafael Martínez Céspedes