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Astrónomo, físico, ingeniero, filósofo, matemático, italiano genial. No
hay muchos Galileos Galilei de donde elegir para saber que hablamos de este gran
sabio renacentista. En una Edad llena de prejuicios, sin instrumentos ni
computadoras, Galileo supo hacer viajar su mente y su imaginación hacia la
vastedad del Cosmos y descubrir con sólo algunos de sus lejanos destellos la
perfección de su funcionamiento.
Son memorables por ejemplo sus ideas relativas a nuestra dependencia del
Sol cuando dijo: “El Sol mientras se las arregla para mantener todos esos
planetas girando a su alrededor en sus órbitas programadas, se puede dedicar
también a madurar un racimo de uvas, como si no tuviera otra cosa que hacer
durante el día.”
Mientras tanto, el resto de esta especie bípeda que ha inundado el
planeta ha utilizado su inteligencia para desarrollar una Revolución Industrial
basada en máquinas movidas por combustibles fósiles – originalmente carbón y
luego complementado por otros materiales de origen fósil como el gas y el petróleo -que
aunque ciertamente han hecho la vida más llevadera, han sido los responsables
del fenómeno de los gases invernaderos – mayormente el dióxido de carbono (CO2)
que han hecho que la proporción de este gas en la atmósfera alcance por primera
vez las 400 partes por millón, una cifra única en la historia de la tierra y que
ha contribuido a todas las consecuencias que se derivan del llamado Calentamiento Global: aumento en el nivel de los océanos, acidificación de los mares,
contaminación de los ríos, agotamiento de los acuíferos ,desaparición de especies y cambio en la
biodiversidad y a los “shocks” hidro meteorológicos – grandes tormentas,
inundaciones, sequías extremas, incendios incontrolables - que hoy amenazan la supervivencia de la raza
humana sobre el planeta Tierra.
Aunque la comunidad científica viene alertando desde hace mucho tiempo a
quienes gobiernan el mundo que hemos desbordado los límites planetarios seguros
y que la Humanidad debe cambiar de rumbo en cuanto a sus políticas económicas, sociales y sus hábitos como especie, so pena de llevarnos a un punto sin regreso,
los intereses creados se han negado a aceptar ese sabio consejo y han
continuado su loca y alegre carrera hacia el desastre.
En los últimos tiempos, sin embargo, frente a una realidad que no admite
discusión, los grandes países han decidido tomar ciertas medidas. Un caso ha sido
el reciente anuncio del Presidente Obama de ordenar la eliminación sistemática de
las plantas eléctricas de carbón de los EUA responsables del 40% del Calentamiento
Global y finalmente muchos de los países “desarrollados” ya están tomando medidas
para incentivar el uso de tecnologías renovables – el viento y sobre todo el
Sol de Galileo – para la energía que demandan los más de 7,300 millones de
habitantes del globo.
Les invito a observar el video que acompaña esta entrada para comprobar
como un país de vanguardia – Alemania – ha utilizado su inteligencia y su
trabajo para desarrollar el uso de la energía solar de una forma impresionante, en
contraposición a un país “en vías de desarrollo” del Caribe que posee el doble
de energía aprovechable del Sol, pero que ha decidido en estos momentos hacer
una gran inversión en plantas movidas por carbón, no sólo el más contaminante
de los combustibles fósiles, si no el más caro, cuando se introduce en la
ecuación de sus costos el enorme precio que debe pagar la sociedad por sus
efectos negativos. Ojalá que en el futuro seamos un poco más prudentes y vez de
correr hacia el carbón, nos acerquemos un poco más
AL BUEN SOL DE GALILEO
Cada día al despertar
el Sol los planetas cuida
mientras nutre y le da vida
a una planta al germinar.
Cada día agita el mar
y en su diario nacimiento
olas crea, mueve el viento
sin él, la Tierra es inerte
astro contrario a la Muerte
de la vida es yacimiento.
Y esta especie singular
que sobre dos pies camina
al Sol que nos ilumina
se ha empeñado en olvidar
insistiendo en excavar
su hábitat con gran porfía
pues tras la sucia energía
depreda el bello planeta
ya que ha elegido por meta
destruirlo día a día
Y llegó el calentamiento
como predijo la Ciencia
y nuestra desobediencia
se hizo ahora sufrimiento
dejando al Mundo sediento
en muy triste condición
ya que el lujo y la ambición
nadie pudo contener
y en vez de hacia el Sol correr
nos fuimos tras el Carbón.
Rafael Martínez Céspedes
8 de agosto de 2015