Puede parecer una anécdota simpática, pero contiene una
gran moraleja. Cuentan de esta señora, madre de 2 hijos de ambos sexos, los dos ya casados, que cuando le preguntaban cómo le iba a su hija en su matrimonio
contestaba: “Magníficamente, su marido es un primor, hace las compras en el supermercado,
cocina, lava los platos, limpia la casa y le ayuda a lavar la ropa: ¡Qué feliz
está mi hija!”.
Y a su hijo, ¿cómo le va en su matrimonio? “Nada bien.
Se ha casado con una arpía, esa señora deja que él haga las compras del supermercado,
que cocine, que lave los platos y hasta que le ayude a limpiar la casa y a lavar
la ropa: ¡Pobrecito mi hijo¡”
Dentro de los diversos grupos que constituyen una sociedad, tenemos que desempeñar papeles múltiples,
a veces en abierto conflicto de interés
y para resolver la dicotomía, almacenamos en nuestro yo actitudes contradictorias en compartimientos
estancos- como el caso de la señora del cuento en su doble papel de madre/suegra- y las utilizamos a nuestra conveniencia según
el papel o rol que nos toque desempeñar en un momento determinado.
Un caso similar al anterior, se presenta cuando nos
toca jugar el doble papel de ser ciudadanos
de un país que recibe una carga masiva de inmigrantes que afectan nuestros
empleos e ingresos y al mismo tiempo ser
parte de ese mismo país que envía cientos de miles de sus propios ciudadanos a
otras latitudes en busca de mejores oportunidades. Como en el caso de la
madre/suegra tendemos a considerar que los derechos humanos de los inmigrantes en
suelo propio, valen menos que los nuestros como emigrantes en suelo extraño. En
este caso, digamos que el comportamiento de la gente puede entenderse, aunque la situación siempre es fuente de odio y resentimiento.
Lo que resulta perverso – aunque por desgracia
inevitable- es la explotación de ese resentimiento y odio para la consecución de objetivos políticos o
para la preservación del Poder. Resulta inevitable, porque la política es perversa,
siempre lo ha sido y parece que siempre lo será- y además por lo peligroso que
ha resultado siempre mezclar esa actividad con la horrible psicología del Odio.
Es que del Odio al Terror solo hay un corto paso, como lo atestiguan el
Holocausto de la Alemania Nazi, los
genocidios en la Antigua Yugoslavia, las persecuciones del Ku Klux Klan para mencionar sólo unas pocas de las tantas
otras situaciones de muerte y violencia que desbordan las páginas de la
historia que nuestra mortífera especie ha escrito y sigue escribiendo con
sangre en su paso por este planeta.
Seguimos viendo por supuesto en la actualidad muchos
de estos casos, en muchas partes del mundo, incluyendo naturalmente en nuestra isla. Me quiero referir sin embargo, al fenómeno del multimillonario
estadounidense Donald Trump, quien para destacarse sobre la más de una docena
de pre candidatos de su mismo partido a la Presidencia de los EUA, inició su
campaña con un virulento ataque en contra de los inmigrantes mexicanos en suelo americano. Aunque ha recibido una agria
crítica de diversos sectores de esa sociedad y
un amplio rechazo de la comunidad latina, sin embargo su
popularidad ha subido significativamente en las encuestas de opinión y ya los
medios le han ofrecido una cobertura especial sobre los demás pre candidatos de su
propio partido Republicano.
El Caso Trump demuestra de nuevo la efectividad y el poder
transformador del Odio, características que lo convierten, como siempre y a pesar de la peligrosidad a que
aludimos anteriormente, en un arma letal contra adversarios políticos que sean un poco más
escrupulosos.
Dicho todo esto, me parece que si entendemos un poco más el tema,
aunque nunca lo aceptemos, quizás podamos ser un poco más tolerantes con los
mercaderes que hoy se dedican al lucrativo negocio de traficar con la
intolerancia en todo el mundo. Mientras tanto, les dejo con unas décimas que nos explican
LO QUE SE ENTIENDE POR NUERA
“Nuera”, una suegra decía
“Nuera”, una suegra decía
su origen es facil ver
ya que “nu-era” la mujer
que para mi hijo quería
y a la infeliz llama “arpía”
si al hijito hace lavar
y sin rubor proclamar
con poca delicadeza
que es madre de una princesa
que al marido hace fregar.
Roles en contradicción
casi siempre hay que jugar
lo que puede generar
odio y discriminación
Ejemplo es la migración
que hace al hombre intolerante
porque uno ve al inmigrante
como una calamidad
aunque es oportunidad
cuando es uno el emigrante.
Proclamó triste verdad
un nazi exterminador
que solo crueldad, terror
respeta la Humanidad
Engendra el Odio crueldad
se puede bien demostrar
y nos debemos cuidar
de esa perversa jauría
que siempre a la minoría
ha querido incinerar.
ha querido incinerar.
Rafael Martínez Céspedes
12 de julio de 2015