Sucedió de nuevo y tendrá por fuerza que suceder otra vez. Otra matanza insensata en los Estados Unidos, esta vez en Tucson, Arizona, donde un joven aparentemente trastornado la emprendió a tiros contra una multitud indefensa que se encontraba alrededor de la congresista de ese estado, dejando seis muertos - incluyendo una prometedora niña de 9 años - y la propia congresista herida de gravedad. Todavía está fresco en el recuerdo de los norteamericanos, masacres peores ocurridas en universidades y escuelas secundarias. Siempre queda la gran nación consternada y explorando su alma para encontrar el por qué detrás del hecho y el país pidiendo acongojado, guardar un minuto de silencio por las víctimas.
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Esta búsqueda colectiva de las causas, este hurgar en la conciencia - que como nos dicen es una característica innata de la raza humana - siempre termina en conclusiones obvias, pero nunca trata el país de erradicar la raíz del mal. Sin caer en las simplezas en cuanto al análisis de las causas se refiere, es obvio que uno de los factores causantes de esta tendencia a las masacres en serie, es la enorme facilidad con que cualquier ciudadano puede adquirir, mostrando sólo un papel, armas de fuego de grueso calibre, en muchos casos letales armas de guerra, y sobre todo, la actitud obsesiva de poderosos e influyentes grupos de enarbolar como uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos de ese país, la tenencia de armas. Otro factor causal, dicen algunos, es el alto desempleo entre los jóvenes que alcanza actualmente cerca del 20%, lo que junto con el consumo de drogas alucinógenas en ese segmento de la población, es una mezcla explosiva que estalla cada vez con más frecuencia en la forma de matanzas insensatas.
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Con todo, como la violencia se inculca desde arriba, mi opinión personal es que un importante factor, si no el que más, es el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos ha olvidado sus raíces, los principios esenciales que sirvieron de base a su fundación, echando de lado su base espiritual y convirtiendo la guerra en el negocio más importante de la nación, en menoscabo de los derechos fundamentales del resto del mundo. Si esta situación no cambia, debemos prepararnos desde ya para oír a sus autoridades de nuevo guardar
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UN MINUTO DE SILENCIO
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En Arizona un Estado
de la Unión Americana
una gran tragedia humana
un orate ha provocado
y aunque el país consternado
por la tragedia fatal
nunca la causa real
parece quiere entender
pues sabe lo que hay que hacer
para erradicar el mal.
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Allá puede usted comprar
mostrando sólo un papel
armas de fuego a granel
que sirven para matar
y no se deben quejar
si una mente trastornada
en una escuela por nada
a sus compañeros mata
en otra acción insensata
que pudo ser evitada.
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Debe hurgar en su conciencia
aquella pródiga tierra
que el negocio de la guerra
practica con gran frecuencia
pues se sabe la violencia
se enseña desde el Poder
y el país dejó perder
sus valores esenciales
por lo que masacres tales
en el mañana ha de ver.
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Rafael Martínez Céspedes
14 de enero de 2011.
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