martes, 23 de febrero de 2010

QUIERO VOTAR POR NINGUNO



Mi primer encuentro con los liliputenses descritos por el genial Jonathan Swift, en su novela-sátira social "Los Viajes de Gulliver" fue cuando era apenas un niño. Atrapó mi imaginación, igual que lo ha hecho con millones de niños en todo el mundo desde su publicación en 1726, la llegada del médico inglés Lemuel Gulliver al imaginario país de Lilliput y encontrarse con una pléyade de diminutos seres quienes lo ataron con cordones en la playa donde naufragó.

Posteriormente, siendo adulto, leí la novela de Swift y encontré profundas lecciones en el comportamiento de los liliputenses y sus extrañas leyes y costumbres: las flechas no pueden herir a Gulliver, a quienes ellos llaman el Hombre Montaña; las leyes de Lilliput no se basan en el castigo a quién las viola, sino en el premio a quien la respeta. También describe Swift la curiosa costumbre de los pequeños habitantes de hacer equilibrios delante del rey para poder prosperar en la Corte. No he tenido posteriormente necesidad de releer el famoso libro, porque viviendo en una sociedad con caractéristicas muy similares a la que describe Swift, me parece que lo estoy leyendo cada día.

Por eso me ha parecido simpática la idea de un grupo de jovenes de solicitar a la Junta Central Electoral que se incluya en la boleta de las elecciones el encasillado "NINGUNO" donde se puede marcar el voto, ya que según ellos "ninguno" le representa. Según ellos votarán por ninguno, porque ninguno es serio, ninguno es honesto, ninguno es trabajador, ninguno cumple lo que promete y así por el estilo. Me parece que, aunque muy bello el gesto, no es muy práctica la idea, porque quienes deben aprobarla ni les conviene, ni tienen nada en común con "ninguno". Piensen también el lío que formarían, si es ninguno el que gana. Además, respetando las distancias, creo que existen grandes similitudes entre nosotros y los personajes imaginarios de Swift: nuestras flechas nunca alcanzan a los Hombres Montañas, las leyes aquí son para violarlas pues casi nunca tienen consecuencia y en la Corte del Rey son tantos los que se dedican a hacer equilibrios delante de los jefes políticos para prosperar en esta sociedad al revés. Mientras tanto, en las próximas elecciones me quedaré con las ganas porque

QUIERO VOTAR POR NINGUNO

Se acercan las elecciones
y un grupo vino a pedir
que no quieren elegir
ni corruptos ni ladrones
aunque dichas peticiones
no se podrán complacer
pues si se llega al Poder
despues de haber invertido
al candidato elegido
debe la plata volver.

Dice el clamor popular
que con mucha fuerza aumenta
"ninguno me representa
por ninguno he de votar"
que no llamen gobernar
a esta pre revolución
sin salud ni educación
de un país en la indigencia
y un grupito en la opulencia
en un mar de corrupción.

¿No dirá este movimiento
que aspira esta sociedad
transformar su realidad
mezcla de burla y tormento?
o será un sismo violento
que viene sin avisar
pues al no querer luchar
somos caterva de enanos
y como en pueblos cercanos
pronto habremos de llorar.

Rafael Martinez Céspedes Febrero 2010